¡Ay Alvaray!, por Teodoro Petkoff
Usted, lector, ¿sabe, por ventura, que es Ciudad Lebrún? Es el nombre que se ha venido dando al proyecto de instalar todos los tribunales de Caracas en lo que hoy son unos galpones situados en una urbanización llamada Lebrún, ubicada en Petare, entre Campo Rico y la redoma. Se informa que los galpones serán acondicionados para tal fin y hasta se dice que serán construidas residencias para jueces en esa misma zona.
Ahora bien, como esta idea ha partido de ese inefable personaje llamado Luis Velásquez Alvaray, quien ha tomado por asalto el Tribunal Supremo de Justicia, habría que averiguar qué se esconde detrás de esta extravagante idea y cuánto hay pa’ eso. Hace algunos años, el TSJ presidido por Iván Rincón adquirió el viejo edificio Karam, situado en la avenida Urdaneta, según y que para establecer allí los tribunales de Caracas. Posteriormente la idea fue desechada, desconociéndose hasta hoy el destino del Karam, por el cual se pagó, por cierto, una bola de plata, y también se habló de llevar los tribunales al edificio Metro Olimpo, situado en la avenida Francisco de Miranda, en Chacao. En la adquisición y habilitación de este inmueble también se ha gastado una montaña de dinero. Hete aquí, sin embargo, que ahora tampoco irán a parar a este lugar los tribunales de Caracas sino que la voluntad de Luis Velásquez Alvaray los envía a la futura Ciudad Lebrún. Lo menos que se puede decir a estas alturas es que todo esto despide un olor bastante fétido.
Sobre todo porque tanto lo del Karam como lo del Metro Olimpo como lo de Ciudad Lebrún es completamente innecesario. Para albergar los tribunales fue construido el llamado Palacio de Justicia, en el Centro Simón Bolívar. Esta edificación fue diseñada precisamente para ese fin. En ella se contemplan, por ejemplo, espacios de circulación distintos para el público, para los jueces y para los detenidos que van a juicio. Este solo detalle basta para entender que el Palacio de Justicia responde cabalmente a la naturaleza de los actos que en un sitio así tienen lugar. Ese proyecto quedó a mitad de camino y lo incomprensible (o tal vez muy comprensible, en este país de grandes guisos) es que se opte por adquirir otras edificaciones en lugar de terminar las obras del Palacio de Justicia, para centralizar allí todos los tribunales caraqueños. No sólo sería mucho más barato sino infinitamente más funcional.
¿Para qué entonces Ciudad Lebrún? Explicación racional no se ha dado ni se puede dar porque la idea es irracional. Dos magistrados del TSJ, uno identificado con el gobierno y otro con la oposición, han manifestado en privado a TalCual no sólo su desacuerdo con Ciudad Lebrún sino su molestia y malestar por la prepotencia y abusiva conducta del “magistrado” Velásquez Alvaray –de quien se puede decir, literalmente, que se sacó esa condición en una caja de detergente, porque no posee ninguna de las condiciones que la Constitución establece para ese cargo. Resulta, entonces, muy pertinente una pregunta: ¿Quién es en verdad el presidente del TSJ: Omar Mora o Luis Velásquez Alvaray?