Ay, diciembre…, por Marisa Iturriza
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La otra noche buscábamos ponerle gasolina al carrito cuando nos avisaron que había en un barrio del suroeste y casi sin hacer cola allá la conseguimos, desplazándonos por tranquilas calles oscuras como boca de lobo, aunque el alumbrado público que ahí «brilla por su ausencia» luego en la Plaza Venezuela te deslumbra con profusa iluminación, impactante cual un mini Las Vegas local, igual que en alguna que otra zona de la ciudad porque… ya llega nada menos que diciembre.
Un 2 de diciembre Pérez Jiménez asumió un mandato que años después abandonó madrugando abruptamente en un posterior 23 de enero, tras lo cual. Se sucedieron presidencias mediante elecciones y, con sus pros y sus contras, hubo un notable incremento en salud, educación, empleo, oportunidades y notable progreso.
Un 17 de diciembre murió en Santa Marta Simón Bolívar (qepd) frustrándosele su intención de embarcar hacia Europa. Años después, en esa fecha murió en Maracay Juan Vicente Gómez tras un mandato de muchos años.
Un 2 de diciembre de hace más de veinte años, y ya vamos por la cuarta parte del siglo, entre otros ocurrió el Paro Petrolero, que sirvió de excusa para el despido de miles de trabajadores de la empresa mediante pitazo televisivo en vez del decente cara-a-cara adulto. Conocidas son sus consecuencias.
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Aparte de Navidad y Año Nuevo, en diciembre pasan cosas interesantes, por ejemplo antes, durante unos cuarenta años relativamente democráticos, la ciudadanía trabajadora contaba con cierta holgura económica debido a las ahora esfumadas «utilidades» de fin de año, aguinaldos, recompensas o bonificaciones.
Entre novedades que se sepa, este 3 de diciembre se ha programado la votación para que el pueblo opine acerca de la soberanía nacional sobre el Esequibo, asunto descartado por el ejecutivo anterior pero ahora actualizado.
En fin, suponiendo que Internet no se ponga impertinente, la electricidad no falle ni tenga «bajones», Dora (la compu) se porte bien, por –si–acaso guardamos para más adelante saludos y buenos deseos, tan luminosos como los cielos que nos brinda nuestro diciembre…
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