Ay, Kafka…, por Marisa Iturriza
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Si estás leyendo esto es porque no tienes mas nada que hacer. Pero si tienes algo, hazlo ya y después sigues con la lectura si quieres enterarte de lo que vamos a contar:
1) En los alrededores es usual ver cisternas proporcionando el “vital líquido” a casas donde no llega. En cambio, al momento de este tecleo, desde hace casi tres semanas, en la pared de atrás tenemos una filtración de agua potable que corre por las paredes como un Niágara chiquito. Dos plomeros y un ingeniero determinaron que la reparación no nos corresponde porque el problema está en la pared de la casa de al lado.
2) Al vecino propietario de esa pared, y las demás, se le informó varias veces. Mostró indiferencia e incluso viajó a Miami sin ni siquiera cerrar la llave de paso porque no le importa pues está vendiendo la casa, con daño oculto y todo y quien venga atrás, que arree. Al recordarle el caso moderadamente en la puerta ¡Madre mía! Se volvió como un basilisco ¿Eso es una especie de dragón, no? Diciendo altanero que ¡Le robábamos el agua! A él, que hasta tanque subterráneo tiene en la terraza.
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3) En vista de lo cual decidimos exponer la situación ante entes legales. En el primero una funcionaria muy atenta nos remitió a los Bomberos. El lunes nos dijeron que fuéramos el día siguiente porque el encargado no estaba. Así lo hicimos y, tras esperar 2 horas + 30 minutos, el amable funcionario que nos atendió dijo que hay que llevar copia de la cédula, carta de residencia, carta explicativa, documento de vivienda, carpeta marrón con ganchos, 10 hojas de papel bond blanco, más transporte de ida y vuelta para quienes hagan la inspección, lo cual es comprensible al constatar la falta de vehículos en el estacionamiento e insta pensar “gracias a Dios no es un incendio”.
4) Otro despacho recomendado atiende eso Lunes y Miércoles a-m. Al día siguiente notamos en el pasillo una alfombra nuevecita ausente el día anterior, banderas relucientes, grama recién sembrada a la entrada y –tras anotar nombre, apellido, número de cédula, número de teléfono en el cuaderno de entrada– el funcionario necesita reporte de daño, fotocopia de cédula, foto de situación planteada, pagar timbre fiscal, con el recibo acudir al banco, hacer la transferencia y presentársela.
Al salir, un señor de aspecto modesto comentó “No pierda su tiempo. Contacte a unos que lleguen allá y “convenzan” al sujeto ese que pague la reparación o se atenga a las consecuencias. Así se arreglan las cosas cuando no se arreglan”.
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