Baja participación dificulta la gobernanza de nuevos alcaldes electos en Venezuela

Las municipales del 27 de julio dejaron una participación mínima y la consolidación de la hegemonía del PSUV, que ganó 282 de 334 alcaldías. La desconfianza tras el 28 de julio de 2024, la fragmentación opositora y la falta de garantías vaciaron de poder al voto, dejando en duda la legitimidad de las autoridades electas en 2025
La Hora de Venezuela
La creciente abstención no solo refleja una crisis de confianza en el sistema electoral, sino también una ruptura simbólica con el ritual democrático que alguna vez movilizó a millones de electores.
Luego de las elecciones regionales y parlamentarias de mayo de 2025, los comicios municipales del 27 de julio son una muestra de esa disminución abrupta de la participación ciudadana en los comicios. Eso, aunado a la desconfianza en el Consejo Nacional Electoral (CNE) tras las elecciones presidenciales de 2024, llevó a que apenas 52 candidatos que no están directamente alineados con el partido oficialista se hicieran con la victoria en sus respectivos municipios.
Los resultados de las municipales reflejan una amplia hegemonía del oficialismo en el poder de las alcaldías, con una presencia minoritaria de partidos de oposición y disidentes. Aunque el CNE no difundió los datos totales de participación, a lo largo de la jornada electoral, vídeos y fotos en redes sociales reflejaron una baja asistencia de electores a los centros de votación. El ente rector sólo publicó los nombres de candidatos ganadores, el partido y el municipio. No el porcentaje de participación ni los porcentajes obtenidos por cada aspirante. Hasta la fecha no se sabe cuántos votos legitiman la elección de los candidatos que resultaron ganadores
La poca participación permitió que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) reforzara su dominio del poder local. En un contexto político caracterizado por la falta de condiciones electorales equitativas, la fragmentación opositora y una baja participación ciudadana, el PSUV ganó 282 de las 334 alcaldías, de acuerdo con la lista publicada en el canal de Telegram del CNE. Esto representa casi el 85 % del total.
Entre los partidos que lograron alcaldías fuera del chavismo destacan Fuerza Vecinal (FV), con 11 municipios; Venezuela Viene con Todo (VVC), con 9; y el histórico Copei, con 6. También aparecen organizaciones como Acción Democrática, MIN Unidad, Alianza del Lápiz, Un Nuevo Tiempo Contigo (UNTC), entre otras. En algunos casos, las victorias opositoras se concentraron en municipios urbanos o con tradición disidente, como Chacao (Miranda), Baruta (Miranda) y San Diego (Carabobo).
Legitimidad de cargos y valor del voto
Con dudas sobre la transparencia del CNE y la realización de elecciones sin garantías, tarjetas de partidos judicializadas y una baja participación, algunos cuestionan la legitimidad de los candidatos electos y el verdadero poder que tiene el voto como instrumento de legitimación de autoridades.
Griselda Colina, directora del Observatorio Global de Comunicación y Democracia y promotora de Ideas por la Democracia, considera que las recientes elecciones organizadas por el CNE han servido para desmantelar cada una de las garantías electorales. La especialista señala que los cargos electos tras las presidenciales no son legítimos porque son el resultado de eventos “opacos, sin garantías, y en un franco desconocimiento de la voluntad popular y las personas a quienes se le adjudicaron cargos están en una categoría de ilegitimidad de origen que obligaría a que esos eventos sean desconocidos y se tengan que repetir en un contexto diferente”, alertó.
Por su parte, Colette Capriles, psicóloga social y analista política, sostiene que la legitimidad de un cargo no depende de la abstención en procesos electorales. “En Venezuela ninguna elección ha requerido de quórum mínimo y el voto no es obligatorio”.
En cuanto al valor del voto, Colina enfatiza este como un instrumento para el cambio democrático que está momentáneamente anulado en la práctica. Sin embargo, no considera que bajo este panorama se deba descartar la vía electoral.
Por su parte, Capriles considera que el voto cumple otras funciones además de elegir autoridades con poder, como manifestar rechazo, expresar mayoría o elegir líderes simbólicos, aun en condiciones adversas. Sobre ello destacó que se conservaron “espacios políticos importantes” que serán necesarios “para empezar a anclar una estrategia para enfrentar la nueva situación política que se configuró con el desconocimiento de la elección de 2024”.
“La situación con las elecciones de este año 2025 no es grave por la abstención en sí, sino porque una parte del liderazgo de la oposición creyó que podía capitalizar esa abstención mientras que otra porción de la oposición decidió darle opciones al elector”, expresó.
Tanto Griselda Colina como Colette Capriles recordaron que con las municipales se cerró el ciclo electoral en el país para escoger nuevas autoridades públicas. A partir de ahora, cada una plantea una forma de actuar desde la política para futuras elecciones.
Colina sostiene que la vía electoral sigue siendo un instrumento válido para el cambio democrático, aunque reconoce que hoy está cerrada por la voluntad autoritaria. Destaca la importancia de que los partidos se preparen y se organicen para cuando el escenario político permita elecciones con garantías. Además, considera necesario que los millones de venezolanos que están en el exterior puedan inscribirse en el Registro Electoral y participar en futuros procesos.
“Es tiempo que los actores políticos de oposición construyan una estructura que les permita no sólo organizarse para definir estrategias, sino para dirimir sus conflictos, que se reconozcan los liderazgos actuales y que se pueda avanzar en una ruta de cambio”, destacó Colina.
Capriles, por su parte, indicó que con el ciclo electoral cerrado por varios años, el voto no será el principal instrumento de oposición en el corto plazo. Sin embargo, ve esta situación como una oportunidad para “resolver los graves asuntos de liderazgo y organización que enfrenta la oposición”. Además, señaló que los actores políticos también necesitan “recomponer partidos políticos y dar la oportunidad a nuevos liderazgos que ofrezcan una visión distinta, más joven y más realista”.
*Lea también: Presencia opositora en alcaldías se redujo 40,65% tras las elecciones municipales
Mérida como ejemplo: oficialismo permea y oposición afianza bastiones
Para las elecciones municipales de 2021, los partidos que agrupan el Gran Polo Patriótico (GPP) alcanzaron 212 alcaldías, 70 menos que en las de 2025. Para aquel momento, la Plataforma Unitaria obtuvo 61 alcaldes, Alianza Democrática 39, el naciente partido Fuerza Vecinal 10 y en el resto de las 13 alcaldías fueron electos líderes de partidos locales o vecinales.
Esta proporción, que muestra el avance del oficialismo y muestra municipios vistos como bastiones opositores, se reproduce en varios estados de Venezuela, ente ellos el estado Mérida.
En la entidad andina en el año 2021, los partidos no alineados con el oficialismo obtuvieron 14 de las 23 alcaldías en disputa. Esa cifra se redujo a menos de la mitad en 2025, cuando solo seis municipios quedaron con alcaldes que no son del GPP. Aunque algunos municipios del estado andino lograron mantenerse como bastiones de la oposición, otros no resistieron el desgaste y los que sí lo hicieron enfrentan el riesgo de lograr ejecutar su gestión de gobierno sin un claro apoyo popular.
En el municipio Cardenal Quintero, donde la oposición perdió la alcaldía este 2025 y se alzó como ganadora Yerika Malpica (PSUV), la participación apenas alcanzó alrededor del 30 % del Registro Electoral, según una dirigente local que pidió no ser identificada. “En estas elecciones fueron un poco más de mil votantes a nivel municipal”, explicó. La apatía se reflejó en todos los centros, en el más grande de ellos la participación fue de aproximadamente 60%.
¡Cardenal Quintero! Mérida 🇻🇪
Compartí con Yerika Malpica nueva Alcaldesa del municipio, los concejales y el pueblo en su proclamación y adjudicación ante el CNE 👏 otra victoria del @partidopsuv GPP y el poder popular 💪
¡Ganamos el páramo! 🇻🇪 pic.twitter.com/uPWAuAxKeg
— Mervin Maldonado (@MervinMaldonad0) July 29, 2025
Para la fuente, la baja participación no está relacionada con la renuncia del exalcalde Yovani González (ocurrida en 2023) sino por un desencanto más profundo tras las presidenciales del 28 de julio de 2024: “Después de esa fecha, ningún proceso electoral ha tenido la misma participación”, dijo.
Por su parte, en el municipio Rangel, la detención en 2024 del entonces alcalde opositor Abraham Hayon marcó un punto de inflexión político, pero no necesariamente social. Según un dirigente local que pidió no ser identificado, el impacto real llegó meses después, con la detención de cuatro personas vinculadas a su gestión —entre ellas la ex síndico municipal— y con un polémico movimiento institucional: la designación de una concejal como alcaldesa encargada, “con complicidad del PSUV y sin seguir el procedimiento que marca la ley”.
El vocero consideró que más que resignación, en el Municipio Rangel predominó el acatamiento al llamado de María Corina Machado a no participar en las municipales tras las presidenciales del 28 de julio de 2024.
La “candidata de oposición”, señala la fuente, no logró generar confianza ni movilización: usó vehículos oficiales y recursos de la institución para su campaña, lo que provocó críticas y dudas sobre su financiamiento. El PSUV, por su parte, activó el aparato nacional y regional, aunque su campaña tampoco fue particularmente llamativa. Allí la ganadora fue Elsy Trejo.
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En contraposición, en el municipio Guaraque de Mérida, donde la oposición ha retenido la alcaldía durante 12 años, el triunfo en las municipales fue el resultado de una mezcla de arraigo político, defensa de empleos y organización comunitaria. Una dirigente local que pidió no ser identificada explicó que el temor a perder los puestos de trabajo en la alcaldía fue un factor clave para movilizar a familias enteras. “En mi caso, voté porque mi mamá trabaja allí, y también otros familiares. Sabíamos que si ganaba el chavismo, la represión y las represalias serían mayores”.
La campaña se enfrentó a una doble dificultad: el adversario tradicional, el PSUV, y el llamado de sectores opositores nacionales —como el de María Corina Machado— a no votar. Pese a ese desánimo, que la vocera calcula en un 70% menos de participación frente a 2021, se realizaron acciones como recorridos casa por casa para convencer a los vecinos de mantener el control opositor del municipio.
El candidato opositor que resultó vencedor fue Jhondry Contreras, un joven prácticamente desconocido que tuvo escasos recursos para recorrer el municipio. Sin embargo, contó con el respaldo de quienes han hecho vida política opositora en el municipio durante años, apoyados en un voto consolidado por la ausencia histórica del gobierno central en la zona. “Guaraque sigue siendo opositor porque en el interior del país, comparado con Caracas, es de los sectores que más tiene necesidades y carencias”, dijo la vocera.
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