Bajo la opresión de régimen…, por José Ángel Ocanto

Bajo la opresión del régimen venezolano siguen sucediendo a diario situaciones graves de supresión de las libertades, y de la propia vida, en abierto perjuicio de todo quien disienta.
Y no es posible callar frente a ese horror institucionalizado, que pretende hacerse parte, a la fuerza, de nuestro paisaje rutinario.
Esa indetenible y cada vez más atrevida escalada de represión y desprecio hacia una inmensa mayoría inconforme, no se sacia con perseguir a figuras relevantes, a líderes de partidos y gremios, a periodistas y defensores de los derechos humanos, sino que con igual saña le echa garras incluso a jóvenes que expresan con su irreverencia natural, cuanto les molesta del orden de cosas imperante en la nación que, si sobreviven, les tocará heredar.
Eso le acaba de ocurrir en Maturín a Merlys Oropeza y en Maracay a Gabriel Sarmiento. La lista es inabarcable, pero la amarga y trágica experiencia de ellos sirve de muestra de un cuadro mucho más sombrío y abigarrado.
Merlys fue apresada pocos días después de las elecciones del 28 de julio del año pasado, proceso en el que conforme a sólidas evidencias Edmundo González Urrutia fue electo presidente.
La joven había publicado en su estado de WhatsApp una crítica al desempeño de la jefa de un consejo comunal oficialista. La acusaron de «incitación al odio» y en una desproporcionada y torcida interpretación de la ley, el 18 de este mes un tribunal la condenó ¡a diez años de cárcel!
«Sigan adelante, ya yo estoy perdida», escribió en desgarradora carta a sus padres.
Gabriel Sarmiento corrió con peor suerte. Él denunció, en TikTok, actuaciones que involucraban al Tren de Aragua y al Tren del Llano, así como a funcionarios policiales.
Mientras el creador de contenidos transmitía en vivo en la plataforma digital, hombres armados penetraron a su casa, y quedó grabado cuando lo asesinaron, a la vista de todos, como ocurre en los países forajidos, ganados por la violencia y la impunidad.
Sabiéndose en peligro, en algún momento Sarmiento pidió públicamente la protección del Sebin.
Pedía algo imposible, impensado. Porque en un régimen como ese al cual exponía, la protección ciudadana queda fuera de toda regla.
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José Ángel Ocanto es periodista
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