¿Barbados, un acuerdo emergente?, por Rafael A. Sanabria M.
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El pueblo venezolano, preñado de fe como siempre, tras el acuerdo firmado en Barbados, tiene un motivo de esperanza para que el escenario político del país mejore un poco, y espera que este gesto político no sea una mera ilusión como en otros momentos, donde los partidismos han quebrado toda posibilidad.
Hay dos hechos muy importantes que hay que reseñar con objetividad con la firma de este convenio. El primero es que, de alguna u otra forma, se reconoce la legitimidad del presidente Nicolás Maduro por un grupo de países que en su momento no le daban credibilidad a su gobierno. El segundo hecho importante: Maduro, que tanto ha pregonado que en Venezuela no hay presos políticos, hoy queda develado al ser liberados de prisión varios activistas políticos. Sin duda alguna en Barbados se aplicó un palíndromo a las partes involucradas. Reconocer al otro es importante para construir puentes y lograr un clima de entendimiento.
El pasado 18 de octubre, el gobierno del presidente Nicolás Maduro y la Plataforma Unitaria de la oposición de Venezuela firmaron en Barbados dos acuerdos parciales, uno sobre «la promoción de derechos políticos y garantías electorales para todos» y otro sobre «la protección para los intereses vitales de la nación».
El Acuerdo Parcial sobre la Promoción de Derechos Políticos y Garantías Electorales para Todos, establece que «las partes reconocen y respetan el derecho de cada actor político a seleccionar a su candidato para las elecciones presidenciales de manera libre y conforme a sus mecanismos internos, atendiendo a lo establecido en la Constitución y la ley”.
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Las partes acordaron promover, de manera conjunta, ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), garantías electorales, entre ellas: proponer que las presidenciales se realicen en el segundo semestre del 2024; la ejecución de la actualización del Registro Electoral Permanente, incluyendo jornadas de actualización e inscripción en el país y en el extranjero, la depuración del REP y la ejecución de operativos especiales de cedulación, entre otros.
El Acuerdo Parcial para la Protección de los Intereses Vitales de la Nación, se refiere a la ratificación de los derechos históricos de Venezuela sobre el territorio del Esequibo y rechaza las acciones «unilaterales» de Guyana, «en contravención del Derecho Internacional, relacionadas con el otorgamiento de concesiones de exploración y explotación energética en áreas marinas y submarinas pendientes de delimitar entre los dos Estados».
Según Blyde, representante de la plataforma unitaria, lo de Barbados es el primer paso y el resultado de un largo camino de dos años de negociaciones que comenzó en México y continuará en la capital de dicho país próximamente hasta concluir todos los puntos que no se tocaron como: la liberación de los 300 presos políticos, la habilitación de los dirigentes políticos excluidos y los partidos políticos judicializados. «Hoy firmamos un importante acuerdo. Damos un sólido paso que allana el camino para que recuperemos nuestra confianza en el voto«, dijo.
EEUU, la UE, Canadá y Reino Unido celebraron el compromiso suscrito en Barbados de avanzar en condiciones para elecciones «justas y competitivas» e insistieron en la liberación de presos políticos. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, mostró la disponibilidad de su país de formar parte de una misión electoral de la UE en Venezuela.
España, por su parte, animó a las partes representadas en el proceso de diálogo en Barbados a profundizar en su diálogo y consolidar lo acordado. La suscripción de los acuerdos representa un paso necesario en la continuación de un proceso de diálogo inclusivo y la restauración de la democracia en Venezuela.
Barbados representa ahora el convenio emergente que le da oxígeno a un gobierno asfixiado y le permite a una oposición fragmentada ver una luz en el laberinto donde han estado sumergida. Pero mucho más allá de las manifestaciones de alegría del oficialismo, es darle cumplimiento a lo firmado. De lo contrario, sin ánimo de ser profeta, volveremos a estar cercados por convulsiones sociales.
La firma de este compromiso en Barbados entre un sector de la oposición y el Gobierno, mucho más allá de gritar a los cuatro vientos ¡victoria! debe resolver de inmediato la grave crisis social que golpea a los venezolanos. Es hora de prestar atención a los salarios de hambre y miseria que perciben los trabajadores, así como a la inflación que condena a la mayoría de la población a la pobreza extrema, atender el colapso de los servicios públicos, en particular del sistema eléctrico y en el área de la salud pública, realizar las inversiones urgentes para su mantenimiento y recuperación.
El acuerdo incluyó «garantías» para que el proceso de selección interna de los candidatos se respete y muy especialmente, relevante la fecha, ante el evento de las primarias que fue convocado para el 22 de octubre. ¿Se vieron cumplidas?…
No tengo la menor duda que los diálogos constituyen una oportunidad para resolver conflictos, aun cuando en Barbados no está expresada la oposición mayoritaria, tengo fe que los resultados serán positivos para la consolidación de la ruta democrática y la paz ciudadana.
Qué Barbados sirva para exaltar la coherencia, la ecuanimidad y no sea nada más un motivo para medir la razón o la fuerza de dos sectores que al final los une venezolanos ser venezolanos.
Rafael Antonio Sanabria Martínez es profesor. Cronista de El Consejo (Aragua).
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