Barre Barreto, por Teodoro Petkoff
Si Caracas fuera una ciudad con excelentes servicios públicos para todos, con una policía confiable y respetada, con espacios públicos amables, el debate sobre su nombre y su verdadera fecha de fundación, que trata de suscitar el alcalde metropolitano Juan Barreto, podría ser entonces un goce del espíritu para ciudadanos satisfechos y contentos. Pero al caraqueño le importa un rábano si la ciudad tiene 438, 435 o mil años, así como le tiene sin cuidado si su santo patrono es Santiago y si en verdad fue Diego de Losada o Francisco Fajardo quien fundó el pequeño poblado que luego devino capital de la República.
El caraqueño lo que quiere es autoridades municipales eficientes y eso es lo que no tiene en los dos municipios más grandes y más problemáticos de la ciudad. Rangel junior y Freddy Bernal han tenido varios años para demostrar sus capacidades.
No lo han hecho. Libertador y Sucre son los dos municipios que debían comprometer más a los funcionarios del régimen, tanto a los municipales como a los nacionales. Son los más grandes y poblados y los que albergan a la población más pobre de Caracas.
Exigían y exigen una atención prioritaria. Necesitaban y necesitan equipos de gobierno de excelencia. Es lo que no tienen. Son los peor atendidos, los más sucios, los más inseguros. Juan Barreto, después de diez meses en el ejercicio del cargo, si algo ha demostrado es que no tiene ni idea de qué hacer. Aparte de las camionetas de la Policía Metropolitana, “engalanadas” con la vera efigie de Yo El Supremo, y de una sospechosa “reorganización” en el mismo cuerpo, lo único que ha salido de su despacho es el rolincito al pitcher sobre la fecha de fundación de la ciudad.
Caracas sí tiene remedio. Otras ciudades han podido encarar con eficacia la solución de sus problemas y no hay razón para que Caracas no pueda. Maracaibo es un ejemplo de cómo se puede mejorar. De la ciudad más fea, sucia y poco vivible del país ha pasado a ser una de las más gratas, limpias y acogedoras. Buena administración ha sido la clave, tanto desde la Alcaldía como desde la Gobernación.
Libertador y Sucre necesitan una acción concertada de las instancias nacionales y las municipales para sacar a ambos municipios del desastre y del caos actual. Dividirlos en nuevos municipios es fundamental para poder administrarlos. La experiencia de Chacao, Baruta y El Hatillo no ha sido nada mala, aun admitiendo que sus problemas son mucho menores que los de los otros dos. Pero si no se hubiera descentralizado el antiguo Distrito Sucre, creándose estos tres municipios, se puede tener la seguridad de que Chacao, Baruta y El Hatillo también serían hoy un desastre.
Revolucionario, Barreto, no es proponer una discusión ociosa sobre la fecha de fundación de Caracas; revolucionario sería barrerla.
Barre, Barreto.