Bloomberg: Dos años de medidas que podrían revivir una economía agonizante
Economistas y firmas financieras contrastan en sus análisis sobre la economía venezolana, con proyecciones que van desde un 8% de crecimiento del PIB hasta una contracción del 4% para 2021
Expertos economistas y analistas políticos aprecian una posible «luz al final del túnel» para la agonizante economía venezolana, que suma siete años de contracción y cuatro de hiperinflación.
Una leve recuperación se ha gestado en los últimos dos años. Pese a que la economía no ha mostrado síntomas de avance, sí se ha logrado frenar la hecatombe a la que se dirigía por el rumbo que se encaminaba entre 2016, 2017 y 2018.
El cambio en 2019 partió de dos figuras, según afirma Bloomberg. Por una parte, surgió el nombre de Delcy Rodríguez, quien acabó siendo nombrada ministra de economía mientras paralelamente ocupa el cargo de vicepresidenta.
De acuerdo con Bloomberg, Rodríguez acudió a Patricio Rivera, exministro de economía de Ecuador bajo la gestión de Rafael Correa, estrecho aliado del chavismo.
Desde 2019, Rivera ha sido asesor financiero de la administración de Maduro y ha sido una figura fundamental para aplicar medidas de manual que tomaría un gobierno capitalista, con la finalidad de intentar revivir una economía moribunda por dos décadas de políticas económicas ineficientes y cuatro años de aplicación de sanciones de Estados Unidos.
En bajo este contexto que se han dado algunas decisiones que bajo el discurso del «socialismo del siglo XXI» sonarían impensables, como eliminar el control de precios, reducir los subsidios en bienes históricamente accesibles como la gasolina y retirar el control cambiario.
De esta manera, la economía se alejó levemente del rumbo que había tomado la década anterior, con una política marcada por los controles cambiarios y la entrega preferencial de divisas, un esquema que beneficiaba a los empresarios y políticos cercanos al gobierno chavista, prácticas que contribuyeron a que el bolívar perdiera más del 99% de su valor y dieron origen al vórtice hiperinflacionario.
Como resultado, Venezuela sufre un proceso de dolarización de facto, en el cual la moneda de curso para el comercio es el dólar, a pesar de que millones de venezolanos siguen sin tener acceso a divisas y deben arreglárselas con los pocos bolívares que reciben mensualmente.
Pese a que las condiciones siguen estando lejos de ser las mejores, la crisis hiperinflacionaria disminuyó su agresividad. Las restricciones aplicadas al Banco Central de Venezuela (BCV) para que disminuyera la impresión de dinero inorgánico y sus préstamos, la dolarización de facto ha dado sus frutos.
La inflación anual de 2020 fue de 2.266%, aunque se mantiene en un margen muy elevado, mejoró sustancialmente frente al 300.000% registrado en 2019. Mensualmente, los precios incrementan un 20%, según los registros correspondientes al mes de mayo.
Para que la dolarización extienda su efecto positivo, uno de los grandes retos es mantener la divisa en circulación. Según Bloomberg, durante el último año, el BCV ha enviado millones de dólares y -en menores cantidades-, euros, a la banca privada para que intercambien con sus clientes.
Gracias a esta estrategia, el bolívar frenó el ritmo de devaluación frente al dólar en el mercado paralelo de intercambio de divisas, usado por la mayor parte de los venezolanos.
*Lea también: Segunda dosis de Sputnik V se comienza a pautar para dentro de dos meses
Mayor demanda y producción
Las reformas han ayudado a incrementar la demanda local y dinamizar la comercialización de bienes y servicios. La empreza suiza de servicios financieros Credit Suisse Group proyecta un crecimiento del 4% en el Producto Interno Bruto (PIB), mientras que la consultora venezolana Econométrica estima hasta un 8%.
Este crecimiento sería posible gracias a un mayor peso de actores privados en la economía nacional y un retroceso del sector público en las actividades de producción e importación.
En tan solo un año, la proporción de empresas privadas importando materias primas y comida pasó del 25% en 2019 a un 92% en 2020. Cuando el sector público dominaba estas estadísticas, importaba poco más de 2 millones de toneladas de las 3 millones que recibía el país. Pero ahora, el Estado importaría apenas poco menos de medio millón de los 4 millones de toneladas de importación de alimentos y materias primas.
Las proyecciones, sin embargo, son una ciencia muy incierta en Venezuela. Esto se debe a que las instituciones gubernamentales rara vez publican cifras oficiales. Por esta razón, la mayoría de economistas y firmas consultoras permanecen a oscuras al momento de hacer sus análisis.
*Lea también: Disidentes del chavismo se unen para regionales y revocatorio
La economía mejora, pero el país no
Pese a que se ha logrado frenar el deterioro del tejido económico del país, estas mejoras representan apenas un alivio leve para un país que afronta una crisis humanitaria.
«La realidad es que casi todos en el país están atravesando por una situación de pobreza y dificultades extremas», afirmaba a Bloomberg Sergi Lanau, economista jefe adjunto del Instituto Internacional de Finanzas.
Las proyecciones de este instituto para Venezuela son mucho menos esperanzadoras, pues calculan que el PIB del país crezca apenas 0,3% este año y mantenga el ritmo para un 1,3% en 2022.
Incluso si los números develan una ligera mejora, la recuperación de la economía no guarda relación con lo que vive día a día el ciudadano corriente, sometido a unas condiciones paupérrimas para vivir.
Por otra parte, cualquier recuperación en Venezuela pasa por el rescate de una industria petrolera en decadencia, algo que parece estar lejos de ocurrir.
Debido a las sanciones de Estados Unidos, que impiden operaciones en un mercado internacional basado en el dólar, para Lanau, es casi imposible una recuperación de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), que requiere una descomunal inversión para retomar sus niveles de producción de antaño.
El vocero del Instituto Internacional de Finanzas también advierte que con el estado de incertidumbre política que se vive en el país, también es poco probable que el Gobierno pueda acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) en busca de un préstamo.
*Para leer el reportaje original de Bloomberg, puede hacer clic aquí.