Boda en Irlanda, por Marcial Fonseca
Twitter: @marcialfonseca
Este país traía a la mente un lugar de un verde encantador y de leprocones; aunque el grimorio consultado aclaró que esos duendes eran un invento de la colonia irlandesa en Estados Unidos; y advertía que ahora los fantasmas irlandeses se imbuían en tejemanejes de la naturaleza. Y ahora el matrimonio de la hija menor se llevaría a cabo en Manorhamilton, una ciudad en el norte de Irlanda.
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Y vayamos al grandioso evento. El día anterior a la boda, se llevó a cabo un simulacro bastante real de la ceremonia, se hizo con todos los involucrados: novio y novia, sacerdote, padrinos y madrinas, padre llevando a la novia; en corto, todo el séquito ceremonial. La diferencia es que la hija y el padre no salieron del hotel sita en Sligo; sino que estaban a la entrada de la iglesia.
Y llegó el día de la boda. Nos montamos en la limosina y partimos hacia la iglesia en Manorhamilton desde el hotel donde nos alojábamos y lugar de la ceremonia principal. Emprendimos rumbo, y empezó una pertinaz garúa; la breve conversación se interrumpió porque el display del vehículo titilaba la frase: GPS signal loss (Pérdida de la señal GPS). Comenté que la lluvia afectaba la señal satelital; pero que no había problemas porque teníamos 30 minutos para llegar a la iglesia; estábamos a apenas quince millas según la última información. El chofer replicó: Lo malo es que soy del área; no sé cómo orientarme. Había que esperar a que la señal regresara.
La hija, con todo lo vaporoso del traje matrimonial, no había dejado su celular, y ella informaba al novio, ya en la iglesia, y a la familia en Duaca a través de un chat WhatsApp. El sacerdote, desde su ambón y mediante un enlace internet que transmitiría la ceremonia, informaba que había un atraso porque la novia no había llegado; por otro lado el conductor vio la torre de una iglesia y se dirigió a ella, pero no era la del matrimonio; y la novia envió un WhatsApp diciendo que la habían llevado a otra iglesia, y casi en ruina; este mensaje prendió la candela: la familia en Duaca dedujo que habían secuestrado a la novia; casi inmediatamente quisieron comunicarse con la embajada irlandesa en Venezuela, con suerte porque no hay relaciones diplomáticas y así se evitó un conflicto internacional. Al final, el chofer preguntó a un peatón sobre la iglesia de Manorhamilton; y llegamos con apenas 40 minutos de atraso.
El autor aprovecha la oportunidad para felicitar a James Feely y Marcia Fonseca; que la vida que empiezan sea plétora de felicidad, amor y buenas decisiones; como cortesía al novio, en inglés: be the path ahead of you both full of happiness, love and good decisions; en gaélico: Bí ar an mbleach chun tosaigh oraibh araon lán de sonas, grá agus cinntí maithe.
Marcial Fonseca es ingeniero y escritor
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