Bolívar soberano y revolucionario, por Eduardo López Sandoval
Cualquier día de trabajo de la semana pasada viajé a San Juan de los Morros, y compré un cambur por 100 mil bolívares, al siguiente día, en la misma frutería de buenas atenciones, similar fruta me costó 180 mil bolívares, pues, -nos explicó la dependiente, que nunca la dependienta, como no tenemos una vicepresidenta, y al nombrar a la Vinotinto en el mundial de fútbol no decimos, ausenta-, que el kilo le había llegado para un millón de bolívares…
Estos son bolívares de los llamados Fuertes, un millón de estos papelillos es apenas suficiente para comprar un kilo de cambur para el momento que borroneo estas grafías, en los dos por tres minutos que me leas, mi caro lector, la realidad debe tener unos números más. La equivalencia de lo que nos cuesta un kilogramo de cambur, escrito en bolívares de los tradicionales es 1.000.000.000, o mil millones…
Con la cantidad con la que un ciudadano bien pudiera retirarse, a disfrutar la acumulación de toda una vida de trabajo ahorrando, en un país común y corriente, pongamos un millón de euros o dólares, ese mismo número en bolívares bien pudiera servir al venezolano para comerse un banano…
Tal descripción, asumida rigurosamente desde el pizarrón de la verdad: suena irreal. De fantasía. Es como una página sacada de lo Real Maravilloso de Gabo.
*Lea también: ¿Cómo va el Mercosur?, por Félix Arellano
La enfermedad que algunos países han sufrido llamada hiperinflación, ha sido en demasía estudiada en el mundo de las ciencias. Las causas están plenamente identificadas, (los estudios científicos no han determinado que una supuesta por inventada guerra económica pueda ser causa de este mal), para no alargar más este artículo tomemos de la media docena de causas de la enfermedad, una,… digamos la emisión de monedas sin respaldo. El Presidente más que evitar la causa de la hiperinflación, la aumenta a diario en cadena nacional. Todos sabemos que el país está empobrecido, por la caída de los precios y producción del petróleo, por la huida de los inversionistas, porque rasparon la olla con la no disimulada corrupción chavista, por lo que sea: no hay dinero para repartir como lo hace el Interfecto. Cada vez que realiza aumentos emite monedas sin respaldo, provoca la pobreza…
Una revolucionaria y bolivariana dirigente –que no dirigenta-, coautora de esta crisis, aclara que gobiernan así por venganza. La historia no los absolverá… De ser promovida como prueba en un juicio penal esta declaración, el Juez debería concluir que el venezolanicidio se comete con premeditación y alevosía, y deliberación y perfidia. Y traición y ventaja…
Continuará…