Boric toma nota del fracasado «socialismo» venezolano mientras Guaidó busca tender puentes
El reconocimiento del Gobierno chileno durante el mandato de Sebastián Piñera se mantuvo hacia el interino Juan Guaidó. Ahora el presidente Gabriel Boric, de tendencia izquierdista, desecha el «socialismo» implementado por Hugo Chávez y Nicolás Maduro en el país por más de 20 años
El reconocimiento a Nicolás Maduro por parte del presidente de Chile, Gabriel Boric, solo por afinidad ideológica parece cosa del pasado. Al menos así lo deja entrever en una entrevista a BBC Mundo, donde califica la experiencia venezolana como «un fracaso».
Ese fracaso para Boric, que recién nombró un gabinete aplaudido por su pluralidad y la enorme presencia de mujeres, queda demostrado «en los seis millones de venezolanos en diáspora». El presidente chileno, en cambio, fija su mirada en otras experiencias en América Latina como el gobierno de Luis Arce, en Bolivia, de quien dice le da «mucha esperanza y espero tener un trabajo codo a codo».
El gobernante chileno reconoce que proviene de una tradición «socialista libertaria americanista chilena. Ese es mi espacio ideológico de referencia. Soy un demócrata, y creo que la democracia tiene que ir cambiando y adaptándose y no petrificándose. Creo que a la democracia en Chile le falta mayor densidad».
Desde el lado venezolano, el gobernante Nicolás Maduro no ha proferido señalamientos contra Boric. Por su parte, Juan Guaidó, reconocido como mandatario interino por parte de la comunidad internacional, reconoció sus aspiraciones de mantener las relaciones con Chile, especialmente en el apoyo a las denuncias por graves violaciones de derechos humanos en el país.
«Estoy seguro de su lucha por la defensa de los DD.HH., en contra de la corrupción, origen de la crisis en Venezuela que desencadenó una terrible dictadura y la impunidad. La defensa de estos valores también nos une como continente, como región, y confío plenamente en que se va a hacer con el respeto a la dignidad del ser humano», dijo Guaidó en una entrevista a La Tercera.
El interino también se refiere a la crisis migratoria venezolana, que en septiembre pasado ocasionó protestas y actos de xenofobia en poblaciones al sur de Chile, especialmente Iquique, debido al aumento de caminantes. Entre noviembre y diciembre pasado, un promedio de 500 venezolanos cruzaban diariamente desde Bolivia a Chile.
A principios de enero venció el plazo para que los venezolanos en Chile que ingresaron antes del 18 de marzo de 2020 regularizaran su estatus migratorio, tras cambios en la Ley de Migración y Extranjería de ese país.
«Yo sé lo difícil que es para los países receptores de esta cantidad de migrantes por el shock que genera a los servicios públicos, probablemente a la seguridad social, pero está absolutamente demostrado cómo en el corto plazo es beneficioso para el país receptor (…) Hacemos un llamado sencillamente a la reflexión, a buscar mecanismos no solamente de regularizar, sino también de subsanar lo que generó esta terrible ola migratoria que fue la dictadura de Maduro», dijo Guaidó.