Brian Schapira: Presión interna más la internacional es lo que puede impulsar el cambio
El director relaciones institucionales del Centro de Apertura para el Desarrollo de América Latina (Cadal), Brian Schapira, considera que el gobierno de Nicolás Maduro no tiene voluntad política para cumplir con las recomendaciones de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelett
Para el próximo 15 de julio está prevista la entrega de la segunda parte del segundo informe sobre la situación de los Derechos Humanos en Venezuela por parte de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los DDHH, Michelle Bachelett, que se prevé aborde el desempeño del sistema de justicia en el país y sume un nuevo grupo de recomendaciones a cumplir por la administración de Nicolás Maduro a las ya 32 que van con las del primer informe de 2019 y las de la primera parte del segundo, emitidas en junio pasado.
Sin embargo; la ONG de DDHH Provea tan solo ha verificado el cumplimiento de dos recomendaciones por parte del gobierno de Nicolás Maduro, que sigue negando que los derechos fundamentales se estén violentando en Venezuela, a pesar de que la Alta Comisionada ha constatado que hay un patrón sistemático de violación a los DDHH en el país.
En este sentido, el director de relaciones institucionales del Centro de Apertura para el Desarrollo de América Latina (Cadal), Brian Schapira, destacó que no solo la presión internacional basta para evitar la violación de DDHH, ya que la presión interna que pueda lograr la sociedad debe sumarse al esfuerzo de los organismos multilaterales para lograr un cambio político que lleve al país al respeto a las libertades fundamentales.
Brian Schapira cree Nicolás Maduro maquillará lo que pueda del informe
“En cuanto a todas estas observaciones y recomendaciones, no hay una posibilidad de hacerlas cumplir obligatoriamente. Y es todo presión política, de la sociedad y el rol que tiene Naciones Unidas y la Alta Comisionada para marcar y hacer visible la situación; después se da toda una serie de movimientos que a la larga dependen de la voluntad del Gobierno y creo que, en este caso, la voluntad del régimen maquillará lo que pueda, tratará de mostrar lo menos desastroso que tenga”, expresó Brian Schapira en entrevista con TalCual.
En su opinión, la primera parte del segundo informe reflejó que hubo una apertura que antes no existía y que permitió la actuación en el país de los funcionarios de la instancia dirigida por Michelle Bachelett, pero resaltó que mientras más presión exista, mayores avances se pueden dar.
“Esto es meramente presión; no creo que el gobierno de Nicolás Maduro tenga la intención ni deseo de cumplir con nada. Lo que hace es por la presión que recibe, para subsistir; siempre están viendo las cartas para ver cómo pueden subsistir. Todo es presión, externa, interna, lo que logre la sociedad civil a nivel interno, las ONG de DDHH de adentro y las de afuera fuera para hacer visible la situación, y todos los mecanismos de DDHH de Naciones Unidas componen el apalancamiento para que la situación individual de quien está viviendo la vulneración de sus derechos se salve, pero con respecto a la situación general no veo que haya un interés. La presión consigue que algún preso se libera, un abuso menos, pero para que haya una salida dependerá de lo que pase allí”, aseguró quien fue subsecretario de Protección y Enlace internacional en DDHH del gobierno de Mauricio Macri en Argentina.
Informe suave en cuanto a derechos económicos y sociales
-La Alta Comisionada presentará el 15 de julio la parte final de su informe sobre la situación de DDHH en Venezuela. ¿Qué expectativas se tienen? Ya habrá dos informes completos ¿cuál es el cuadro que se observa en Venezuela?
-Espero que siga pudiendo trabajar como lo viene haciendo hasta ahora. Al parecer está la presión, pero al Gobierno no le quedó otra sino firmar los acuerdos que suscribieron en septiembre pasado para darle la apertura que necesita para instalar la oficina allá y tener a la gente que tiene trabajando. Espero que esto continúe. No ha habido comentarios de ella en cuanto a trabas o falta de colaboración hacia su oficina; el Gobierno cedió, sea por presión o por la razón que sea, a que haya un trabajo de investigación. Los informes tienen el lado la parte más formal, diplomática en donde el experto, en este caso la Alta Comisionada que agradece la colaboración del Gobierno y alguna ponderación le tiene que hacer, pero es muy duro y muy tajante.
Añadió que lo único que «me llamó un poco la atención es el que no haya sido más duro en el tema de los derechos económicos y sociales de los venezolanos, y lo que está pasando con el coronavirus».
“Hay una nota interesante de Human Rights Watch que muestra una situación más terrible que la oficial. El alcance de los informes no es de derechos económicos y sociales; el mandato que tiene la Alta Comisionada es para tratar temas de derecho humano a la vida, a la libertad, los civiles y políticos, pero es el primer punto que aborda y hace demasiado hincapié en las sanciones de EEUU y no tanto en el desastre que ha cometido esta gente, cómo reventaron Pdvsa y la situación del coronavirus, lo veo suavecito en ese aspecto, con hincapié en las sanciones económicas que son las excusas de los regímenes (totalitarios). Con Cuba pasa lo mismo, no es que uno esté de acuerdo con las sanciones, pero habría que ver cuánto cambiaría la realidad día a día de los venezolanos con o sin sanciones, probablemente no cambiaría mucho, el desastre es el desastre igual», aseguró Brian Schapira.
Indicó que, cuando compara lo que informan otras organizaciones de la sociedad civil, que «llegan más al terreno» le parece que el informe se queda un poquito corto en cuanto a la situación.
La presión es la clave
-Luego de su primer informe, de las 23 recomendaciones dadas por la Alta Comisionada, según la ONG de DDHH Provea se han cumplido solo dos. ¿Qué podría cambiar en esta oportunidad?
-En esto depende mucho de la voluntad del Gobierno y la misma se puede empezar a torcer con la presión internacional que haya y que esto se haga visible, esto funciona así, el derecho internacional y el de DDHH en particular no es como el derecho interno de los países que el monopolio estatal de la fuerza lo hace cumplir.
Paralelismo con otros totalitarismos
-La Corte Penal Internacional avanza en un examen preliminar contra Venezuela. ¿Existe la posibilidad real de que se habrá juicio contra los violadores de DDHH en Venezuela?
-Sería lo que correspondería. No tengo detalles del avance procesal de esto. Hay una investigación. Sin duda lo que está pasando en Venezuela son delitos de lesa humanidad. Es una dictadura con todas las letras y hay un plan sistemático para violar gran cantidad de DDHH y mantenerse en el poder a toda costa y los delitos que ocurren lo hacen en forma sistemática. El responsable directo es el Estado, ya sea a través de los organismos estatales de inteligencia o actores paraestatales con respecto a los cuales la responsabilidad internacional no varía, sea el interamericano o el universal no cabe duda que corresponde juzgar delitos previstos en el estatuto de Roma.
-¿Tiene el caso de Venezuela comparación con otro, el Perú de Fujimori por ejemplo, o las dictaduras del cono sur?
-Cada caso es cada caso, siempre hay unos componentes que pueden ser comunes, pero a estas alturas la situación es más grave que la del Perú de Fujimori, lo que no le quita gravedad a aquella. El paralelismo es con algunas cuestiones que pasan en Cuba; hay patrones muy comunes en cuanto a la represión a la libertad artística, para dar un ejemplo, y en el control y tratar de dejar de lado toda aquella expresión que no sea la que el régimen pretende o que simpatiza con el régimen. Y después las comparaciones entre las dictaduras y regímenes se dan en épocas distintas, por factores distintos, algunas de izquierdas, otras de derecha, y tienen elementos comunes, puede haber elementos comunes con la de Argentina, pero con otra geopolítica. Era otro momento, pero sí, acá hubo un plan sistemático de terrorismo de Estado y desapariciones forzadas y en Venezuela hay algunos elementos de eso.
“Según el informe –prosiguió- ya es una metodología que algunas detenciones tienen hasta 45 días a una persona sin conocer su paradero, lo cual técnicamente es una desaparición forzada. (El gobierno de Nicolás Maduro) Tiene entre comillas una legitimidad, porque en los 70 en Latinoamérica (los dictadores) llegan por golpes de Estado, ahora en principio, por elecciones legítimas y luego se mantienen con elecciones ilegítimas”.
A juicio de Brian Schapira, el caso de Nicaragua es lo más parecido que se conoce al desempeño del gobierno en cuanto al autoritarismo se refiere
Democracia liberal amenazada
Destacó Brian Schapira que actualmente hay movimientos populistas en Occidente, de izquierda y de derecha, que, con distintos grados de intensidad, algunos llegan a transformarse en dictaduras y ese fue el caso de Venezuela.
“Lo que está claro –precisó- es que la llamada democracia liberal está en jaque en el mundo en muchos lugares de Occidente, amenazada por líderes populistas; uno de los casos más extremos es, desgraciadamente, Venezuela. El resto del mundo libre tiene el reto de seguir dando la batalla para que avancen estos populistas y señalar lo que ocurre en Venezuela para que no nos ocurra lo mismo y Venezuela se libere”.
-Organismos como la Oficina Mundial para América Latina (Wola) han dicho que Nicolás Maduro ha aprovechado la pandemia para incrementar el control social ¿qué visión tienen ustedes sobre la actuación del Gobierno durante la crisis por el covid-19?
-Es lo que dicen todos los informes. Dadas las características de un régimen como ese, la pandemia es caldo de cultivo para avanzar sobre las libertades. Tienen una de las excusas perfectas para hacerla y además está el miedo de la gente a enfermarse y entonces se aguantan más las restricciones, la situación que uno puede imaginar ya con el drama humanitario que tenían previamente a lo de ahora es muy compleja y difícil.
Elecciones parlamentarias serán un show
-Venezuela avanza hacia unas elecciones parlamentarias en un escenario donde los partidos de oposición fueron intervenidos. ¿Cómo ve la situación de los derechos políticos electorales de los ciudadanos venezolanos? ¿Qué escenario cree que se va a presentar luego de esos comicios?
-Venezuela ya es una dictadura. Todo eso que pueda ocurrir no es más que una formalidad para mantenerse en el poder, no tengo expectativas de que haya elecciones libres, es un show montado, no tengo expectativas de que haya elecciones limpias.
-¿Qué escenario ve a nivel internacional luego de las elecciones?
– Esto viene de largo. Se crean unas expectativas que pueda haber una transformación, cambio o apertura y termina no habiéndola. No es que no vaya a llegar, lo que me parece difícil a mí es ver en qué momento se va a dar y cuál va a ser esa salida. La presión internacional debe seguir, eso no debe aflojar y no creo que lo vaya a hacer, salvo gente que tenga ceguera ideológica y no quiera verlo porque tenga simpatías de izquierda, aunque esto no es de izquierda, mal favor le hace a la izquierda que esto se llame así, tengo angustia de cómo va a ser esa salida. Me da la sensación de que mientras mantenga cierto poder de la Fuerza Armada, los colectivos estos paraestatales o cuasi estatales, mientras esté el apoyo allí va a ser difícil.
“No veo posible ni que sea bueno una intervención externa, no corresponde, no lo apoyaría. Me parece que la solución va a ser de adentro, y que va a depender de cuánto se vea presionado (el gobierno) cuando no haya poder que lo sostenga ver qué tipo de salida es», puntualizó.
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