Bukele busca el poder absoluto en las elecciones de El Salvador
Todo indica que el partido de Nayid Bukele arrasará en las elecciones legislativas del domingo #28Feb, lo que le permitirá reformar la Constitución de su país
A Nayib Bukele, el presidente más joven de América, no le gustan la calle, ni los indígenas, ni patear mercados, ni fotografiarse con bebés ajenos. Al mandatario de El Salvador, de 39 años, le gustan su celular, los sondeos de imagen y “ejecutar, ejecutar, ejecutar”.
Manejar las tres cosas le ha bastado para romper con tres décadas de bipartidismo y transformar drásticamente el escenario político de un país marcado por la herencia de una sangrienta guerra civil (1980-1992) que terminó cuando él tenía apenas 10 años, refiere un trabajo especial de El País de España.
Lea también: Milicia se ejercita en Método Táctico y avanza en integración comunal
El presidente de El Salvador es aficionado a los videojuegos, amante de los lujos y automóviles costosos. El 8 de abril de 2019 publicó un vídeo en el que aparece conduciendo un auto con el mensaje: “El Salvador tendrá un presidente que sabe manejar Ferraris sin estrellarse a los redondeles”.
Para su asesor y biógrafo Geovani Galeas, Bukele es un líder multifunción capaz de gestionar los destinos del pueblo desde las pantallas de su despacho, con una personalidad política equiparable a la de Fidel Castro o Mao.
Para su exabogada y actual opositora Bertha Deleón, Bukele es “un adolescente con poder, incapaz de mantener una conversación sobre los temas más importantes sin mirar permanentemente su teléfono”.
Entre una imagen y la otra, están los cubrebocas y las camisetas con su rostro que se venden en el centro de San Salvador a 12 dólares la unidad y que lo pintan como un mesías que inaugura hospitales y se enfrenta a los oscuros poderes de la Asamblea.
Todas las encuestas señalan que este domingo su partido Nuevas Ideas, que por primera vez presenta candidatos a votación, ganará por goleada y obtendrá el control total del legislativo.
En solo dos años en el poder, Bukele ha pasado de ser un joven político a liderar una especie de telecracia moderna, un fenómeno social aplaudido en casa y criticado fuera por la Organización de Estados Americanos (OEA) o Human Rights Watch, que considera que El Salvador va camino de convertirse en “una dictadura”.
El nuevo Gobierno de Joe Biden ha marcado distancias con Bukele, pero en su feudo no tiene rival y acumula uno de los índices de popularidad más altos del continente, por encima del 71%.
Las cifras revelan una habilidad que va más allá de un buen manejo de Twitter y hasta sus adversarios reconocen algunos logros en su gestión; entre ellos, haber reducido la violencia a niveles rara vez vistos en el país y una gestión de la pandemia que combinó un estricto confinamiento con ayudas directas de 300 dólares a la población.