Cabildos abiertos validan los acuerdos de la AN pero no son la salvación del país
Constitucionalistas instan a la Asamblea Nacional a fijar una hoja de ruta concreta que acompañe las validaciones de los cabildos abiertos, pues la transición no se alcanzaría «de cabildo en cabildo y repitiendo lo que ya se sabe»
Las fracturas requieren de tratamiento y tiempo. La Asamblea Nacional salió del capitolio para reconstruir los hilos de la Constitución, que ha declarado como rotos y usurpados por el gobierno de Nicolás Maduro. Buscan declarar con el pueblo la ilegitimidad del gobernante y establecer una hoja de ruta para la transición. Por ello presentan en los municipios y circunscripciones del país la figura de un nuevo as bajo la manga para lograr la transformación de la nación: el cabildo abierto.
Para el abogado constitucionalista y profesor universitario Juan Manuel Raffalli, sin importar el nombre que le coloquen a los encuentros que los parlamentarios han sostenido con el pueblo en los últimos días, lo trascendental es que el Parlamento se trasladó a las calles para validar con la ciudadanía sus decisiones y últimos acuerdos, que tienen que ver directamente con la declaración de usurpación de Maduro en la jefatura del Estado.
“El cabildo es un mecanismo de consulta popular y de participación de la sociedad para ejercer su soberanía”, dijo el especialista al recordar que su figura jurídica está establecida en el artículo 70 de la Constitución venezolana, y que aunque en el ordenamiento jurídico no hay una ley que desarrolle el tema, “al igual que ocurre con muchos otros derechos, no se necesita de una norma” para poder ejercerlos porque son principios constitucionales de mucha importancia y en este caso se defiende el mayor principio de la norma constitucional que es la democracia participativa y protagónica.
Solución en otro lado
Raffalli aseguró a TalCual que con este elemento de carácter vinculante, la AN ejecuta un proceso de comunicación pública con la gente para generar un proceso de consulta, muy bien visto desde la óptica política.
A diferencia de la Constitución de 1961, la actual Carta Magna manifiesta lineamientos fundamentales que dejan claro que “aquí no solo se vota sino que hay muchos mecanismos para que el pueblo participe”, entre ellos el cabildo abierto.
El cabildo abierto al igual que las reuniones de vecinos o las asambleas son mecanismos de participación política para ejercer la soberanía», en la que se denuncian y señalan los requerimientos en común de los habitantes de una zona, argumenta Raffalli
El jurista celebra la iniciativa del poder Legislativo de apegarse a una bandera constitucional tan importante como lo es la del protagonismo del pueblo, sobre todo porque se debate si se asume o no lo establecido en el artículo 333.
La Carta Magna permanece vigente desde 1999 y con ella las líneas que conforman cada artículo. En ella está establecido que las decisiones que se tomen en los cabildos abiertos deben aprobarse mancomunadamente y aplicarse medidas para el cumplimiento de lo acordado.
Sobre este escenario, Juan Manuel Raffalli manifestó que los cabildos están siendo protagonizados por una AN que trata de restituir junto a la ciudadanía el orden que dice ha sido roto por Maduro.
Sin embargo, aseveró que este no es un tema fácil en el que se puede decir que “se reunieron 25 cabildos y en todos dijeron que se va Maduro y él se irá». A su juicio, el cuándo y el en cuánto lo dirá el devenir político y no la Constitución.
Para Raffalli el problema del país no es constitucional sino político. En este sentido, asegura que no se deben buscar soluciones dentro de la Constitución porque «precisamente es por eso que la AN dice que estamos fuera. Aquí se rompió la Constitución porque el Legislativo está maniatado por un golpe judicial, el TSJ está irregularmente conformado con magistrados exprés y hay un gobernante que ejerce funciones a pesar de lo cuestionado que fueron los comicios donde fue electo”.
Sin titubeos
Con esta posición coincide el también abogado constitucionalista José Vicente Haro, quien dijo a TalCual que por medio de la Asamblea Nacional los diputados buscan que los ciudadanos ratifiquen ante el mundo que Nicolás Maduro ejerce ilegítimamente la Presidencia de la República, pero que la hoja no se puede quedar “de cabildo en cabildo y repitiendo lo que ya saben los venezolanos”.
Haro precisó que el cabildo abierto es un “medio de participación” establecido en la Constitución y la Ley Orgánica del Poder y Participación Municipal. En este sentido, celebró la realización de estas reuniones en todo el país para validar con el pueblo la declaración aprobada por la AN que desconoce a Nicolás Maduro como gobernante y, del mismo modo, se declara la usurpación del poder.
El profesor de la Universidad Central de Venezuela manifestó que hay un paso adicional que debe dar la AN y es apegarse al artículo 233 de la Carta Magna. A su juicio, la línea a seguir es la juramentación de Juan Guaidó como presidente encargado de la nación.
“Si no se hace quedaremos en el limbo. En una especie de hoja de ruta donde se rompe la continuidad de la estrategia táctica para llegar a una transición”, aseguró.
El constitucionalista dijo que se deben concretar los pasos a seguir. Al mismo tiempo, “cumplir” con lo que se está presentando a los ciudadanos en los cabildos abiertos sobre la legitimidad de Maduro en la jefatura del país, “entonces lo que falta es que a quien le corresponde asumir la encargaduría de la nación proceda a juramentarse y siga la estrategia hacia el cambio”.
La Asamblea debe evitar las tintas medias y los discursos confusos. Por el contrario, debe hablarle claro al pueblo que trata de articular a través de los cabildos abiertos, así como también asumir lo que la gente está validando en este medio de participación, cuya figura es vinculante según la Constitución, explicó Haro.
Consideró que si el Poder Legislativo no tiene conciencia de las líneas que debe seguir o si no presenta claramente al pueblo el plazo en el que tienen pensado tomar sus decisiones, la fuerza que ha recuperado podría diluirse y el país será arrojado una vez más “a un futuro incierto”.