Cadena de mando de la desgracia venezolana, por Alexander Cambero
Twitter: @alecambero
El informe de la ONU sobre los derechos humanos en Venezuela es demoledor. Determina claramente que el gobierno, prevalido de su poder, utilizó sus mecanismos para atentar contra la disidencia opositora. Su actitud aterradora manchó de sangre la realidad nacional. Miles de venezolanos han sido asesinados por no compartir la ideología del mal.
En el sórdido mundo de las arbitrariedades está la manipulación procesal de los detenidos, el reiterado abuso, muchos de ellos han sufrido torturas, utilizando dispositivos tan perversos como los desarrollados en los países de la órbita totalitaria. Esos elementos contribuyen al crecimiento inusitado de su desprestigio mundial.
El régimen venezolano sufre el rechazo universal por su arrebatado estilo de querer librar las diferencias a fuerza de porrazos. Su estrategia absolutista se incrementa con el paso del tiempo. En su haber existe una hoja de servicios que se asemeja muchísimo al prontuario policial de cualquier malhechor.
En los periódicos del planeta, circulan las principales figuras del chavismo, como en los viejos carteles del lejano oeste. La justicia universal los busca de manera subrepticia. Solo esperan que den un paso en falso para echarles el guante.
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El desprestigio es tan marcado que cualquier sociedad decente los vincula con el delito. Por supuesto esa fama no es gratuita, es el resultado de todo un proceso de degradación humana. Han hecho de su gestión un festín donde el robo es moneda corriente. Las arbitrariedades se han multiplicado con la misma velocidad, con los cuales avanza la monumental crisis interna.
Es doloroso que Venezuela sea frecuentemente asociada con el crimen. No somos la nación secuestrada por una turba enceguecida por la maldad perenne. Que este régimen sea conocido en el mundo por sus múltiples abusos y vinculaciones con el terrorismo internacional no quiere decir que nuestro pueblo posea ese ADN.
El venezolano es ciudadano de bien en su inmensa mayoría. Con gran ahínco lucha por sostenerse en medio de una pavorosa crisis generada por un régimen tiránico.
Alexander Cambero es periodista, locutor, presentador, poeta y escritor.
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