Calidad de gobiernos en América Latina, por Marino J. González R.
Twitter: @marinojgonzalez
Mejorar la calidad de los gobiernos se evidencia cada día más como una condición necesaria para el desarrollo sostenible. La pandemia de covid-19 lo ha reforzado aún más. Lo que ha sido menos detallado es la caracterización de los elementos que se requieren para analizar la calidad de los gobiernos.
El Índice Bertelsmann de Transformación (BTI, por sus siglas en inglés) es una medición que permite discriminar distintos aspectos en el desarrollo de las democracias y los mercados a escala global. El BTI es el resultado de la colaboración de casi 300 expertos nacionales y regionales vinculados con universidades y centros de investigación. El BTI se ha publicado desde 2003, generalmente cada dos años. La última versión disponible corresponde a 2022 (difundida a principios de año).
Para analizar la calidad de los gobiernos, en el BTI se incluyen los siguientes criterios: (1) capacidades de conducción expresadas por el establecimiento de prioridades, implementar políticas, y aprendizaje de la ejecución de esas políticas, (2) eficiencia en la utilización de los recursos, a través del uso de los recursos fiscales, coordinación de políticas, y políticas anti-corrupción, (3) construcción de consensos expresada por los acuerdos en objetivos, gerencia de conflictos, participación de la sociedad civil, entre otros aspectos, y (4) cooperación internacional evidenciada en la utilización de apoyos, credibilidad ante actores internacionales, y en la cooperación regional.
De acuerdo con el índice de calidad de gobierno estimado para los países de América Latina (en 2022), se aprecia que 14 de los 20 países, tienen un valor menor con respecto a 2020. El país con la mayor reducción en la calidad de gobiernos es Brasil. Otros países con reducciones significativas son El Salvador, Colombia, Panamá, y Haití.
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Si se toma en cuenta el valor del índice de calidad de gobierno, los países de América Latina se pueden clasificar en cinco grupos. En el primer grupo están los países con la mayor calidad de gobierno: Uruguay, Chile, y Costa Rica. En este grupo, solo Chile experimentó reducción del índice entre 2020 y 2022. En el siguiente grupo están países con buena calidad de gobierno (República Dominicana, Paraguay, Perú, y El Salvador). El tercer grupo es catalogado con calidad de gobierno moderada (Bolivia, Argentina, Panamá, Colombia, Ecuador, México, Cuba, y Brasil). Los países en el grupo de calidad de gobierno débil son Honduras y Guatemala. En el último grupo se encuentran los países considerados fallidos, desde la perspectiva de la calidad de los gobiernos: Haití, Nicaragua, y Venezuela. El país con la menor calidad de gobierno en América Latina, de acuerdo con el BTI, es Venezuela (1,44 sobre un máximo de 10).
Las implicaciones de este deterioro en la calidad de los gobiernos en la región son significativas. En primer lugar, porque detener este deterioro, en el contexto actual de restricciones económicas, requerirá importantes cambios institucionales. Y, en segundo lugar, porque reducir la brecha, para tener una mayoría de países con adecuada calidad de gobiernos, es fundamentalmente una tarea de mediano plazo, para la cual la continuidad de políticas es una condición, que es justamente una expresión de la baja calidad de los gobiernos. Un extraordinario círculo vicioso que se debe superar para mejorar las condiciones de vida en la región.
Marino J. González es PhD en Políticas Públicas, profesor en la USB. Miembro Correspondiente Nacional de la Academia Nacional de Medicina.
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