• Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • De interés
    • Elecciones municipales 2025
    • Elecciones regionales 2025
    • #LaHoradeVenezuela
    • Alianza Rebelde Investiga
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Teodoro
    • Nuestra historia
  • Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • De interés
    • Elecciones municipales 2025
    • Elecciones regionales 2025
    • #LaHoradeVenezuela
    • Alianza Rebelde Investiga
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Teodoro
    • Nuestra historia

Cama y tuberculosis, por Alexander Cambero



0
Comparte
  • Compartir en Facebook
  • Tuitealo

Cama y tuberculosis / Salvador Garmendia
FacebookTwitterWhatsAppTelegramEmail
Opinión TalCual | diciembre 28, 2024

X: @alecambero


El médico se acercó hasta los padres del muchacho para indicarles que padecía tuberculosis. La sobrecogedora palidez del paciente, sorprendió a todos en el puesto de socorro. Una nueva contrariedad se le presentaba al niño Salvador Garmendia, antes había tenido que abandonar la escuela de las Hermanas García Sorondo, por severos problemas económicos. El brillante estudiante recibía dos inclementes palmetazos en su corta vida.

Dejar de estudiar siendo el mejor de la clase, fue un cimbronazo que caló hondo, la aparición de una patología complicada para la época como la tuberculosis, lo desarmó para caer en el escepticismo. Las últimas recomendaciones del galeno fueron contundentes: la única probabilidad de vivir estaba en guardar un severo reposo de tres años.

Nada de visitar el río para disfrutar de sus cenizas aguas, llenándose de arena hasta el torso. También estaba prohibido atravesar la montaña que circundaba a Barquisimeto, para cazar venados en las solariegas actividades de fin de semana. Menos corretear a las burras que estaban a lo largo de todo el bosque. Los juegos infantiles por las polvorientas calles de la ciudad ya no tendrían cabida. Sus aventuras estaban atadas por una férrea cuerda con el nombre de pulmones deteriorados.

Su respiración era entrecortada, con severas crisis de ahogamiento y fiebre; en las noches se presentaban periodos con esputos sanguinolentos. Un chiquillo cadavérico con rostro desencajado se arrastraba en el zaguán familiar. Era casi la viva expresión de una muerte temprana. Su existencia se transformó en un espinoso trajinar por el desaliento.

Sus abuelos buscaban en Dios el milagro que devolviera la sonrisa a su nieto. Se hacían oraciones permanentes hasta la imagen de la Divina Pastora en la cercana población de Santa Rosa. En la casa lo confinaron al último cuarto. Fue aislado para evitar mayores complicaciones con su precaria salud. Una habitación pequeña con paredes de adobe y piso de ladrillos sería casi una lápida hecha de tuberculosis.

Sus amigos no podían visitarlo, la vida palaciega barquisimetana se detenía para el impúber Salvador Garmendia. Su mundo se exteriorizaba en reducidos metros en donde destacaba una biblioteca. Sus debilidades se fueron refugiando en los libros como vitales compañeros de ruta, fue devorándose aquellos textos con la fuerza de un lector que se alimentó con la avidez de un tsunami enciclopédico.

Tosía muchísimo mientras las letras le devolvían nuevos elementos para no sucumbir, tras la emboscada de una enfermedad durísima. Sus padres le buscaban libros entre amigos intelectuales, mucho de ellos creían que la muerte del muchacho estaba próxima. Entre el silencio de un confinamiento largo iba renaciendo alguien que conseguía aliento entre autores variados que lo enseñaban a no desistir.

Las obras de Fiódor Mijáilovich Dostoievski fueron colmando su atención. La manera del genial escritor ruso de plasmar el dolor a través de obras de profunda consistencia psicológica hizo metástasis en Salvador. Los clásicos franceses lo llenaron de nuevas emociones que moldearían su empeño de reducir el padecimiento.

*Lea también: Los vínculos familiares como necesidad, por Víctor Corcoba Herrero

Nuevas ilusiones prendían en el interés del joven por aprender, el obstinado reposo no solo lograba fortalecer los pulmones, sino que le abría las puertas al conocimiento. Como el Conde de Montecristo regresaba de la muerte para aferrarse a la vida, él lo lograba venciendo de manera paulatina al desventurado episodio con su salud. Tres años después, un joven cruzaba el umbral para encontrarse con el telúrico destino que lo aguardaba…

[email protected]

Alexander Cambero es periodista, locutor, presentador, poeta y escritor.

TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo.

Post Views: 2.328
FacebookTwitterWhatsAppTelegramEmail
0
Comparte
  • Compartir en Facebook
  • Tuitealo

Alexander CamberoCama y tuberculosisOpiniónSalvador Garmendia


  • Noticias relacionadas

    • José Gregorio y las artes plásticas, por Valentina Rodríguez
      octubre 19, 2025
    • Sin institucionalidad no hay prosperidad, por Stalin González
      octubre 19, 2025
    • Simón Rodríguez y su legado de futuros (y III), por Simón García
      octubre 19, 2025
    • Soberanía “a la carta”, por Gregorio Salazar
      octubre 19, 2025
    • Viejo, por Gustavo J. Villasmil-Prieto
      octubre 18, 2025

  • Noticias recientes

    • La canonización de un doctor y una monja: un espejo de la identidad venezolana
    • Machado y González ante canonización: Estamos listos para un nuevo tiempo de libertad
    • Nicolás Maduro: "Se ha logrado que se reconozca la fuerza de santidad del pueblo"
    • Papa León pide a los nuevos santos que intercedan por Ucrania "y otros lugares de guerra"
    • Santos para Venezuela: canonizados José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles

También te puede interesar

La paz de un nobel muy merecido, por Alexander Cambero
octubre 18, 2025
La voz de AL en la Asamblea General de las Naciones Unidas, por Irma Torres Garrido
octubre 18, 2025
Nostalgia por la monarquía, por A. R. Lombardi Boscán
octubre 17, 2025
El auge evangélico se modera: Brasil, más plural y menos predecible, por Latinoamérica21
octubre 17, 2025
  • Portal venezolano fundado por Teodoro Petkoff, comprometido con la verdad, ejerciendo la libertad de expresión. 25 años ofreciendo actualidad informativa, reportajes, investigaciones, análisis y opinión. Un producto de Editorial La Mosca Analfabeta.

  • Contacto: [email protected]

    Síguenos
  • Noticias

    • La canonización de un doctor y una monja: un espejo...
      octubre 19, 2025
    • Machado y González ante canonización: Estamos listos...
      octubre 19, 2025
    • Nicolás Maduro: "Se ha logrado que se reconozca la fuerza...
      octubre 19, 2025

  • A Fondo

    • “Cashealo”: los cambios en la app de financiamiento...
      octubre 17, 2025
    • La "cubanización" del parque automotor venezolano...
      octubre 16, 2025
    • Defensores de DDHH obligados al exilio: estrategia...
      octubre 16, 2025

  • Opinión

    • José Gregorio y las artes plásticas, por Valentina...
      octubre 19, 2025
    • Sin institucionalidad no hay prosperidad, por Stalin...
      octubre 19, 2025
    • Simón Rodríguez y su legado de futuros (y III), por Simón...
      octubre 19, 2025


Diseñado y Desarrollado por Binaural
  • Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • De interés
    • Elecciones municipales 2025
    • Elecciones regionales 2025
    • #LaHoradeVenezuela
    • Alianza Rebelde Investiga
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Teodoro
    • Nuestra historia
Presione enter para comenzar su búsqueda