Caminante…, por Marisa Iturriza
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Cuando salí de mi tierra
De nadie me despedí
Las piedras lloraron sangre
Y el sol no quiso salir…
En manifestaciones populares en Aragua, con esos versos poéticamente expresaban nostalgia y rechazo a la emigración obligada por la expropiación de las viviendas que niños y adultos tradicionalmente habitaron en Bahía de Turiamo, hermoso lugar playero que aunque no luce particularmente estratégico como para una base militar, sí se consideró ideal para una mansión presidencial, decretada para solaz exclusivo, durante la dictadura del mandatario que huyó volando del país una madrugada de hace 64 años, cumplidos el pasado domingo 23 de enero de 2022.
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También en enero, el 27 es el día en el cual se conmemora El Holocausto en memoria de quienes, incluso niños -al no poder emigrar por la razón que sea– fueron expropiados y condenados a campos de concentración y muerte por pertenecer a parte no-aceptable de la humanidad según los criterios del “nazionalsocialismo” entonces imperante, de lo cual algo quedó fijado en la cotidianidad elocuente del diario que escribió la jovencita Anna Frank durante la dictadura bajo la que murió, y que no debe olvidarse, porque muchos de sus rasgos persisten en ideologías de una u otra tendencia.
Así como el Niño Jesús emigró con sus padres a Egipto para salvarse de la matanza de primogénitos ordenada por Herodes (desacreditado para siempre) también ahora van niños entre quienes emigran en busca del presente que no tienen, como esa cuyo nombre inicia con la V de Vida, en mayúscula en el nombre propio de una niña que en pos de Patria-Y-Vida obtuvo lo contrario, pues las aguas embravecidas del río que atravesaba para llegar a la meta, se la arrebataron a su mamá para entregarla a la que Walt Withman describe como la “Sombría madre que se desliza a nuestro lado con suaves pasos”
Sin invertir, la migración permite a otros países aprovechar el conocimiento, competencia y experiencia de técnicos y profesionales ya formados. En cambio, a regiones modestas adonde hasta a pie llegan emigrantes, ya los recursos ni alcanzan. Imagínate una casa pequeña de 5 o 6 miembros y de repente le caen 15 para usar el baño y todo, más agua, gas, electricidad, etc.
Y aunque la dispersa orquesta opositora siga desafinando en un Titánica irreflotable, nada de promesas que no cumplirán a residentes ni a emigrantes si no trabajo y responsabilidad para progresar dignamente porque:
No hay camino. Se hace camino al andar…
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