Camuflaje de teclado: «Es solo mi opinión», por Carlos Bracho
Twitter: @elcarlosbracho
Entre noticia y noticia me llama la atención la disputa continua de compatriotas venezolanos que como buenos opinadores de oficio, detrás del teclado afirman saber todo y tener las soluciones mágicas a los distintos problemas que hoy enfrentamos pese a que sus palabras no se traducen en hechos; pero más allá de eso, me llama la atención la dureza con la que se juzga y agrede por medio de una crítica destructiva camuflajeada de “es solo mi opinión” a los venezolanos que hoy están haciendo país, que están luchando por mantenerse, avanzar y que siguen construyendo por más cuesta arriba que sea.
Entiendo el presente fatídico que puede vivir quien tiene que luchar en un lugar en el cual no siente pertenencia, en el que aún no se adapta, entiendo las circunstancias que pueden llevar a una persona a tomar decisiones que cambien el rumbo de su vida por conseguir un bienestar mayor, pero no entiendo cómo el dedo acusador tiene que ser norma cuando se habla de otro hermano que está luchando con el mismo temple.
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Y es que hoy en día mostrar un logro dentro de la Venezuela actual parece ser algo que a muchos les molesta, que a muchos ofende, sin tan siquiera hacerse la pregunta de cuál fue el camino o sacrificio por el que tuvo que pasar esa persona para lograr su cometido.
La vida no es color de rosa y si eres venezolano mucho menos, pero de allí a pagar las frustraciones despotricando el camino del que se esforzó con independencia o peor aun buscando socavar los logros sin contemplación, creo que debería llevar a muchos a revisarse profundamente.
Y es que entendemos que los últimos años han generado una crisis social masiva que ha cambiado mucho la manera en la que vemos las cosas y pensamos, de eso no hay duda alguna, pero hoy la perspectiva debe ser otra, las acciones deben alejarnos del resentimiento, egoísmo y crítica, las acciones deben llevarnos a la unión, la construcción, al avance y al reencuentro.
No quiero cerrar profundizando en las diatribas diarias de las RRSS, no sería pertinente y este artículo se haría eterno, pero sí quiero hacer énfasis en la importancia de darle honor a quien honor merece, en la importancia de ponernos un poco más en el lugar del otro, entender su proceso y si no quieres celebrar sus logros al menos tener la decencia de callar con respeto, en la importancia de tender la mano a quien la necesita, de perdonarte y perdonar a los tuyos; si se empieza a profundizar en estos pequeños cambios no solo tendremos un país y comunidad mejor, también viviremos mejor.
Carlos Bracho es periodista
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