Las contradictorias versiones del choque entre el buque venezolano y el crucero portugués

El canciller de Portugal indicó que el Resolute se encuentra bajo la tutela de las autoridades de Curazao -jurisdicción de los Países Bajos-
El pasado martes 31 de marzo, el gobierno de Nicolás Maduro denunció que el buque de guardacostas Naiguatá (GC-23) fue hundido producto de una colisión intencional del buque de pasajeros RCGS Resolute, de la empresa portuguesa Columbia.
A raíz de este incidente, diversas versiones por parte de las autoridades responsables han intentado explicar lo que ocurrió. A pesar de que la primera versión, revelada por el gobierno chavista, indica que la agresión fue provocada por la nave portuguesa, la compañía lusa sostiene que fue la actuación del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional (Ceofan) la causante del suceso.
De acuerdo con un comunicado publicado por Columbia, el crucero portugués se encontraba a 13,3 millas náuticas de distancia de la isla La Tortuga, el doble de distancia reportada por las autoridades venezolanas y en aguas internacionales, no en territorio marítimo de Venezuela.
Según explica la compañía, en el Resolute no se encontraban pasajeros, sino 32 miembros de la tripulación, que ejecutaban un mantenimiento de rutina a su motor mientras se dirigían a su destino, Willemstad en Curazao el 30 de marzo.
Mientras la tripulación realizaba mantenimiento en el motor principal de estribor, el de babor fue apagado para mantener una «distancia segura» de La Tortuga en todo momento.
Poco después de la medianoche, fueron abordados por el guardacostas venezolano, quienes cuestionaron el propósito del Resolute en esa zona y les ordenaron seguir al buque venezolano, que escoltaría la nave hacia Puerto Moreno en la isla de Margarita.
La empresa portuguesa insistió en que la nave se encontraba en aguas internacionales, por lo que el Capitán quería confirmar con la oficina principal esta solicitud, debido a que provocaría una desviación total de la ruta que el barco tenía programada.
Mientras el Capitán intentaba comunicarse con sus superiores, se escucharon disparos y poco después del guardacostas se aproximó al estribor velozmente con un ángulo de 135 grados y chocó a propósito con la nave lusa en un aparente intento por encaminarla hacia el territorio marítimo venezolano.
Como resultado de este choque, el Resolute tuvo pocos daños y no afectó su navegabilidad, pero el Naiguatá se vio severamente afectado al golpear con la proa reforzada para expediciones en hielo.
Después del choque, la tripulación del Resolute mantuvo el barco en el lugar aproximadamente durante una hora y contactaron con el Centro de Coordinación de Rescate Marítimo de Curazao (MRCC), un cuerpo internacional que supervisa cualquier tipo de emergencia marítima.
Tras recibir la autorización de la MRCC para retomar el curso, el Resolute se dirigió hacia el puerto de Willemstad, donde ancló de forma segura.
La empresa acotó que se llevará a cabo una investigación completa sobre las circunstancias en las que se produjo el incidente.
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El otro cuento
La versión revelada por las autoridades venezolanas dista mucho de lo explicado por la compañía lusa.
En primer lugar, detallaron que el Resolute se encontraba a tan solo 7 millas náuticas de la isla La Tortuga, lo que significa que habrían penetrado en el territorio marítimo venezolano.
El ministro de Defensa Vladimir Padrino López comentó que al recibir la alerta, se activó el Ceofan y zarpó el Naiguatá para abordar la embarcación portuguesa según los protocolos establecidos en tratados internacionales, y les solicitaron dirigirse al puerto de Margarita.
Relató que la tripulación accedió e inició movimiento hacia Venezuela, escoltado por el guardacostas venezolano. Sin embargo, pocos minutos después «decidió embestir al buque de la armada, lo que provocó su hundimiento».
El funcionario chavista afirmó que sería «ingenuo» considerar el incidente como un «caso aislado» al verlo como un accidente. Cuestionó qué hacía un buque cerca de la isla La Tortuga, donde se encuentra una pista de aterrizaje de 2.000 metros.
Por su parte, el mandatario Nicolás Maduro fue más allá al proponer la hipótesis de que el Resolute trasladaba mercenarios que intentarían atacar bases militares en Venezuela. También pidió a las autoridades de Curazao hacer la investigación pertinente e informar oficialmente, ya que se trata de un acto de «piratería internacional».
En más recientes declaraciones, Maduro afirmó que recibió información del gobierno de Curazao que apuntaba a que la nave lusa está tripulada por 160 personas, en contraste con las 32 reportadas por Columbus, y que «un poder superior» les impide acceder para verificar la tripulación.
«Hay un poder superior que no deja acceder a las autoridades de Curazao para ver quienes son las 160 personas dentro del barco. Alguien llamó del norte para prohibirlo», aseguró.
Por este motivo reforzó su hipótesis de que el barco era utilizado para trasladar mercenarios a costas venezolanas y realizar «ataques sorpresa» contra unidades militares u objetivos políticos.
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Portugal se cuestiona
El ministro de Relaciones Exteriores de Portugal, Augusto Santos Silva, negó este miércoles 1° de abril que lo ocurrido entre la embarcación de pasajeros y el buque de la Armada de Venezuela, derive en un impasse diplomático con Caracas y aseveró que el Gobierno lusitano está dispuesto a colaborar para aclarar qué fue lo que ocurrió.
Santos Silva calificó de «lamentable» el incidente y destacó que debe hacerse una imvestigación para esclarecer si el guardacostas venezolano fue abordado en aguas internacionales y si el capitán de la nave portuguesa prestó la ayuda correspondiente, como dictan las obligaciones.
«Portugal colaborará, evidentemente, bien con Venezuela, bien con Holanda, para aclarar de forma integral este incidente», sostuvo Santos Silva en declaraciones a la emisora lusa TSF.
Afirmó que existen «versiones contradictorias» de lo que ocurrió en realidad.
Actualmente el Resolute se encuentra bajo la tutela de las autoridades de Curazao -jurisdicción de los Países Bajos- mientras se aclara el accidente marítimo.
Segundo incidente entre Portugal y Venezuela en menos dos meses
Este es el segundo incidente que involucra al gobierno de Lisboa y la administración de Nicolás Maduro. La aerolínea TAP fue presa de una investigación luego de la llegada del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado de Venezuela por más de 50 países, el pasado 11 de febrero y que culminó con el arresto de Juan José Márquez, tío del parlamentario.
Las supuestas pesquisas hechas por las autoridades venezolanas terminaron con una suspensión por 90 días de las operaciones de la aerolínea lusitana en suelo venezolano.
Entonces, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, aseguró que la medida tomada por la administración de Nicolás Maduro respecto a la suspensión por 90 días de las operaciones de la aerolínea TAP es «injusta» y afecta la reputación de la compañía y del país, por lo que calificó esa acción como «ataques contra TAP y Portugal», que se hicieron sin «el mínimo de fundamento».