Capitolio de EEUU está custodiado ante amenazas de nuevo ataque
Desde los sucesos del 6 de enero, el Capitolio ha sido protegido con la ayuda de tropas de la Guardia Nacional y con perímetro de seguridad
El Departamento de Policía del Capitolio de Estados Unidos emitió un comunicado este jueves 4 de marzo en el que afirman que han reforzado la seguridad, tanto para incluir una estructura física e incremento de la mano de obra para garantizar la protección del Congreso, el público asistente y a los agentes de seguridad tras una amenaza de un posible ataque por parte de un grupo de milicianos que pretendían atacar al Poder Legislativo.
Las amenazas de este ataque llevaron a la Cámara de Representantes a cancelar su sesión del jueves, mientras que el Senado tiene previsto reunirse. De acuerdo a la Voz de América, la fecha relacionada con una teoría de conspiración de extrema derecha de que Trump, quien repetidamente afirmó falsamente que el fraude electoral masivo le costó las elecciones, regresaría al poder el 4 de marzo.
Esa fecha era la de la toma de posesión de los presidentes de EEUU hasta que en 1937 se cambió para realizarse el 20 de enero.
*Lea también: Comunistas califican de «atropello» actitud de Jorge Rodríguez contra sus diputados
«Nuestro departamento está trabajando con nuestros socios locales, estatales y federales para detener cualquier amenaza al Capitolio», dice el comunicado.
Desde los sucesos del Congreso del 6 de enero, cuando un grupo de manifestantes que simpatizaban con el entonces presidente Donald Trump, el edificio donde se reúne el Poder Legislativo ha sido protegido con la ayuda de tropas de la Guardia Nacional y rodeado por un perímetro de seguridad extendido con vallas altas.
A principios de esta semana, el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional advirtieron a las autoridades locales en un boletín de inteligencia conjunto que un grupo de milicianos extremistas había discutido alentar a la gente a viajar a Washington y tratar de tomar el control del Capitolio.
Lo ocurrido entonces motivó a la Cámara Baja, dirigida por Nancy Pelosi, a llevar a cabo un segundo impeachment contra Trump, del que también resultó absuelto por el Senado.