Carnet or not carnet…de la patria, por Xabier Coscojuela
@xabiercosco
Patriotas y antipatriotas, honestos y deshonestos, dignos e indignos. Así es el debate en las redes sociales cada vez que se plantea un tema polémico. El último, el más reciente, estuvo relacionado con el carnet de la patria.
Quienes abogan o promueven o plantean la posibilidad de tenerlo, son inmediatamente pintados con los peores epítetos que puedan existir. La intolerancia gana terreno. El chavismo vive, más allá del propio chavismo. Punto para el difunto.
El carnet de la patria es un instrumento que pretende discriminar entre los venezolanos. De eso no hay duda. Es además un mecanismo que no sería necesario si viviéramos bajo un gobierno democrático. La cédula de identidad es más que suficiente para entregar subsidios directos, una de las excusas del Gobierno para justificar el carnet.
Ahora bien, algunos le dan unos poderes infinitos al referido carnet. No sabemos si es que el mismo logra establecer una conexión entre el código QR y el cerebro vía Wi Fi ¿o será Bluetooth?, pero aseguran que hasta anula las convicciones políticas de quienes lo portan.
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La experiencia indica que esto último no es cierto. En las elecciones del 20 de mayo la abstención, según los más críticos del carnet, fue casi total, de casualidad por Maduro votó Cilia y algún otro familiar cercano, y varios millones de carnetizados se quedaron en su casa. ¿Sería que ese día falló la conexión a Internet?
En este caso, buena parte de la dirigencia opositora ha guardado un absoluto silencio. Solo desde el sector más radical se ha fijado posición. Como siempre, si el Gobierno dice negro ellos dicen blanco, si dicen blanco ellos, rápidamente, dicen negro. Golpe “telegrafiado”, diría un comentarista de boxeo.
Pocos plantean como una alternativa que todos los venezolanos se carneticen, con lo cual se rompería, por un lado, la polarización que tantos beneficios le ha dado al chavismo, y por el otro le haría mucho más costosos los subsidios al Gobierno.
Tal vez ya sea tarde para que la oposición fije una posición sobre el tema, los carnetizados, según las cuentas de Maduro se acercan a los 18 millones, pero este es un nuevo episodio que pone en evidencia lo huérfano que están los ciudadanos de conducción política. ¿Hasta cuándo?