Carta del presidente AMLO al “amigo” Donald Trump, por Ernesto Hernández Norzagaray
El miércoles 24 de julio Andrés Manuel López Obrador reveló el contenido de una carta que envió a Donald Trump en su calidad de candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica.
La misiva de un presidente en funciones a un candidato presidencial es inusual porque puede ser interpretada como un apoyo tácito a quien la recibe. Así, políticamente es inoportuna, una descortesía hacia Kamala Harris, la próxima candidata presidencial del Partido Demócrata, y también hacia sus potenciales electores.
Sin embargo, lo más significativo es lo que representa para Claudia Sheinbaum, la presidenta virtual que tomará las riendas de México el próximo 1 de octubre, y su contenido, que pone en entredicho la soberanía del país.
A este contacto epistolar le anteceden las declaraciones de Trump en materia de migración internacional, seguridad y crimen organizado. Esta triada, en el vínculo bilateral México-Estados Unidos, es explosiva, porque para Trump van en paquete y con cargo a México por la llamada política de tercer país vigente, que no significa otra cosa que, si México no hace la tarea de gendarme de los migrantes caribeños, centroamericanos y sudamericanos tendría un costo en aranceles para los productos mexicanos.
Así, que López Obrador se dirija a Trump en la carta como si fuera ya presidente es un yerro diplomático mayor que no tiene precedente entre las dos naciones y que acota el espacio político de su sucesora, además de confirmar la sospecha de que AMLO seguirá buscando influir en las decisiones de la siguiente administración pública.
La carta de marras señala: «Quiero manifestarle dos asuntos que usted abordó en la reciente convención del Partido Republicano. El primero es su opinión sobre que los migrantes son «invasores y maleantes» y que, de ganar la presidencia, cerraría desde los primeros días de su mandato la frontera. Entiendo que está en campaña y que no es como algunos piensan un obcecado, por eso mismo considero importante señalarle que es tan intensa y extendida la relación económica entre nuestras naciones que tomar una medida de esa índole, cerrar la frontera, sería equivalente a convocar a una rebelión en ambos lados de la frontera por los daños que causaría a los pueblos, a la industria y al comercio. Esta perspectiva indeseable se manifestaría con particular gravedad en Estados Unidos y especialmente en California, Arizona, Nuevo México y Texas, que junto con los seis estados fronterizos de México representan la cuarta economía mundial».
“Agrego que dicha decisión impediría el cruce de las aduanas y los puentes fronterizos a 1 millón de personas y a los 300.000 vehículos, de los cuales 70.000 transportan mercancía de un país a otro, que diariamente transitan por la línea divisoria en ambas direcciones. Considero que lo más eficaz y humano es entender las causas de la migración, ayudar a que haya trabajo y mejores condiciones de vida en los lugares de origen de las personas y que, en lugar de adoptar medidas unilaterales, es preferible optar por el diálogo, la cooperación y el acuerdo”.
Y ante el paso atrás que ha dado el consejero delegado Elon Musk en la construcción de la planta de Tesla en Nuevo León llamando a esperar el resultado de las elecciones presidenciales de noviembre, AMLO dijo al “amigo” republicano: “Tampoco es recomendable ni conveniente, amigo presidente Trump, fabricar en su país todos los automóviles y autopartes que se consumen en su país. Es incuestionable que Estados Unidos posee una experiencia histórica inigualable en el mundo y que cuenta con tecnología y capital; sin embargo, sus costos de producción son muy altos, situación que se ha venido resolviendo con la creación de plantas automotrices y de autopartes en nuestro país, en beneficio tanto de los inversionistas y las empresas como de los trabajadores y consumidores estadunidenses”.
Y siguió: «Basta un ejemplo: un carro importado de México le representa a un comparador estadunidense un ahorro de entre 10.000 y 15.000 dólares. Le ruego además que tome en cuenta los datos siguientes: en Estados Unidos viven 37,7 millones de mexicanos, siete de cada 10 trabajadores agrícolas son de origen mexicano. El año pasado los mexicanos contribuyeron a la economía de ese país con 325.000 millones de dólares y generosamente enviaron a sus familiares en México 63.000 millones de dólares, es decir, mandan el 18,5% y dejan en Estados Unidos el 81,5% del total de sus ingresos».
No menos importante es el tema de la lucha contra los cárteles de la droga. Ante la pregunta de Fox News de si está en pie la amenaza de bombardear a los cárteles mexicanos, la respuesta de Trump fue: “México va a tener que ser más duro con eso o la respuesta será absoluta”.
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En definitiva, la campaña de Trump exalta el protagonismo de AMLO, que compromete nuevamente a Claudia Sheinbaum en un tema que, como bien señala Elon Musk, debe llamar a la prudencia: hay que esperar primero a que termine el fragor de la campaña presidencial estadounidense y que sus ciudadanos manifiesten si quieren ser gobernados por Donald Trump.
Ernesto Hernández Norzagaray es profesor de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Doctor en Ciencia Política y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores de México
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