Más de 4.000 ingenieros venezolanos inmigraron en 2017 a Argentina
La inmigración venezolana hacía Argentina tiene una particularidad: la mayoría de los inmigrantes son jóvenes profesionales de clase media. Muchos de ellos son egresados de facultades de Ingeniería
“Estoy en blanco, avancé, ascendí, soy líder de proyecto. En términos generales gano bien, tengo un buen nivel de vida, vivo en Belgrano, comparto departamento con un amigo, pero podría vivir solo”, expresa Luis Manrique, un ingeniero en sistemas venezolano que llegó al país en julio de 2015 y trabaja en la empresa IT Resources para el Citibank.
En Venezuela, Manrique trabajaba como consultor, pero vivía en la casa de sus padres porque no podía alquilar debido a la política de congelamiento de precios del Gobierno, que hacía que nadie ofreciese su casa en alquiler. Mensualmente, envía dinero a sus padres y a su hermana mayor, quienes todavía se encuentran en el país caribeño.
La inmigración venezolana hacía Argentina, producto del declive económico y social que vive el país gobernado por Nicolás Maduro, tiene una particularidad: la mayoría de los inmigrantes son jóvenes profesionales de clase media. No sólo eso, muchos de ellos son egresados de facultades de Ingeniería, una carrera en la que escasean estudiantes en la Argentina y cuenta con muchos profesionales en Venezuela.
De acuerdo a datos oficiales de la Dirección Nacional de Migraciones, en 2017 se le otorgó la residencia argentina a 31,167 venezolanos, 27.075 en forma permanente, casi el triple que en 2016. De ellos, 15.680 declararon ser graduados universitarias. El año pasado se radicaron 4.116 ingenieros, 1.599 administradores de empresas, 1.143 técnicos, 856 abogados, 615 periodistas, 245 chefs y 250 arquitectos, revela un reporte del diario La Nación de Buenos Aires.
El director nacional de Migraciones de Argentina, Horacio García, afirma que la primera migración venezolana era de profesionales que podían costearse el pasaje. Lentamente, esa tendencia empieza a menguar y vienen personas con instrucción secundaria. Los más pobres no pueden salir de Venezuela.
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«Vinieron un montón de ingenieros. Pensamos cómo usar esa mano de obra en beneficio del país. Vinieron ingenieros en petróleo a un país que tiene petróleo y pocos ingenieros. Es un recurso humano altamente calificado que tenemos que aprovechar. Hay que orientar los flujos migratorios a las zonas donde la Argentina necesita. El ministerio de Educación también facilitó ese proceso. Acá las personas vienen sin documentos porque no los pueden obtener allá, por eso flexibilizamos la norma», asegura García.
Lea el reportaje completo en el diario La Nación
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