Chávez, Capriles y FAN; por Teodoro Petkoff
Si hay alguien que no le para la más mínima bola a esas encuestas que dan 20 y 30 puntos de distancia entre Chávez y Capriles es el propio Chacumbele. Él no cree en pajaritos preñados y la certidumbre que lo desvela, de que está perdiendo piso, explica la brutalidad de sus más recientes discursos y sobre todo la bajeza y cobardía de su agresividad contra Capriles Radonski, quien, por cierto, ni lo destapa.
Chacumbele piensa que lo que le funcionó en el pasado será exitoso nuevamente. Pierde de vista que ni el país, ni su gobierno y partido, ni la oposición, son hoy los mismos de hace seis años. Con apuntar que es una oposición que no cae en sus provocaciones está dicho todo. Pero Chacumbele cree que el tiempo no ha pasado. En lugar de mirar el camino que tiene por delante, se guía con la mirada fija en el retrovisor.
Mientras más lo ignora Capriles, quien se centra en la gestión gubernamental y en su propia oferta programática, más se sale de sus casillas Chacumbele. El sábado pasado, en el escenario militar de Fuerte Tiuna, a propósito del cambio de mando en el CEO y en el Ejército, no sólo violentó su propia promesa de no utilizar tal locación para su campaña electoral sino que embistió contra Capriles de manera especialmente virulenta.
Lo hizo dentro del contexto de un tema, que ya ha tocado otras veces, siempre de modo perverso: la insistencia en contraponer el mundo militar al civil, insistiendo en crear una fosa entre ambos. Repite con empeño maniático que «la burguesía» (que para él es todo lo que no sea chavismo) «odia» a la FAN. «La burguesía nos odia, los odia a ustedes, generales de la Fuerza Armada». Por supuesto que tal falacia se cae por su propio peso, de modo que añade otro argumento: «Si la derecha llega al poder habría una cacería de brujas, un descabezamiento general en la FAN». Manipula a la FAN con la misma desvergüenza con la que lo hace con el país entero. Quien ha producido un descabezamiento general en la FAN es precisamente el comandante en jefe Chacumbele.
Son centenares los oficiales que han sido dados de baja o enviados a sus casas, sin cargo alguno. Quien distribuye como caramelos los calificativos de «traidor» para referirse a camaradas de armas que no lo acompañan en sus desafueros es el comandante en jefe, quien por quítame estas pajas ordena abrir consejos de investigación, seguidos de la baja, a cuanto oficial le parece «sospechoso». A esto hay que agregar los incontables oficiales que han pedido la baja, dado el viciado e irrespirable aire de temor y persecución que se vive en la FAN.
Contra Capriles no se ahorró (des)calificativos. Es obvio que el Flaco le ha quitado el sueño. El mensaje que este envió a la FAN, que más sobrio e institucional no ha podido ser, le sacó la piedra a Chacumbele, quien consideró un «atrevimiento» del candidato opositor haberse dirigido a la FAN, como si esta institución fuera un coto cerrado, dentro del cual sólo puede hablar Chacumbele. Lo único que logró fue que aquellos oficiales que no pudieron escuchar el mensaje de Capriles, después de los denuestos del comandante en jefe, hayan salido a buscarlo para saber de qué se trataba. Ni la «burguesía» ni la «derecha» son las que dividen a la FAN. El máximo común divisor es el propio Chávez.
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