Científicos venezolanos estudian bloqueo de enzima principal del nuevo coronavirus
Este nuevo coronavirus tiene una proteasa que es la que va a “digerir proteínas” con la intención de replicarse en su huésped, destaca Flor Pujol, parte del equipo de científicos venezolanos
Una investigación de cuatro científicos venezolanos analizó cómo la «proteasa» -enzima vital del nuevo coronavirus- puede ser inhibida con algunos antivirales usados contra el VIH-1.
Para sustentar su investigación, el equipo utilizó informes anteriores que mostraron que los inhibidores de la proteasa del VIH-1 podrían bloquear la proteasa principal del SARS-CoV-2 e impedir la replicación masiva del virus.
En el trabajo, publicado en la revista alemana EXCLI el pasado 17 de marzo, analizaron cómo la proteasa principal del coronavirus SARS-CoV-2, nombre científico de la covid-19, puede ser una molécula “blanco” para atacar el virus, e identificaron, al menos, 20 compuestos que pudiesen ser usados para neutralizarlo.
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La proteasa es una enzima vital en la replicación del nuevo coronavirus en las células humanas. Flor Pujol, jefa del Laboratorio de Virología Molecular del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), explica que los virus no son entes vivos, sino microorganismos que requieren forzosamente de una célula para poder replicarse o reproducirse porque no poseen la maquinaria enzimática completa para su reproducción. Es por esto que usan las células humanas.
Este nuevo coronavirus tiene una proteasa que es la que va a “digerir proteínas” con la intención de replicarse en su huésped, destaca la especialista.
El pasado 7 de enero de 2020, cuando los científicos chinos descifraron el genoma del nuevo coronavirus, se constata que posee 30.000 letras o nucleótidos, que es un virus largo y con bastante información. Ese análisis del código genético sentó la base para conocer cómo eran las proteínas que poseía.
«Esas proteínas se compararon con las del SARS-Cov-1 que causó la enfermedad de 2003 y, lo primero que se detectó es que tenían la misma organización genómica, muy similar, con pequeñas diferencias. Lo que quiere decir que tenía una proteasa como la del SARS o el MERS, un ‘primo lejano de este coronavirus», detalla Pujol.
Por otros estudios se conoce que estas proteasas son sensibles a inhibidores que se usan contra el VIH, un virus que también posee una proteasa, pero distinta en estructura y en composición. La especialista señala que «aún así, el inhibidor las afecta a las dos porque el sitio activo mantiene una función similar y, por ende, el inhibidor resulta ser efectivo contra la proteasa del nuevo coronavirus».
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