Cinco Temas: A sangre y fuego, por Fernando Luis Egaña
Lo ocurrido en los puestos fronterizos el pasado 23 de febrero, confirma, por enésima vez que la hegemonía siempre está dispuesta a irse por las malas y las peores, para defender sus privilegios de despotismo y depredación. No le importa nada. Comenzando por la vida de los venezolanos.
Impedir por la violencia el acceso de la ayuda humanitaria, incluso quemando gandolas para destruir los insumos alimenticios y medicinales de la ayuda, es un delito de lesa humanidad, que no prescribe a nivel internacional y que tendrá que encausarse para establecer las responsabilidades penales
Venezuela ha sido transmutada en un país arruinado económica y socialmente, y sojuzgado de forma implacable, políticamente. Y todo ello para beneficiar a un grupo de jerarcas que figuran entre los más corruptos del planeta. A sangre y fuego se quieren mantener. Esperemos que no lo logren.
Una crisis definitiva
No, no hay vuelta atrás. La catástrofe social, económica y política que aplasta a Venezuela sólo puede aliviarse, primero, e irse superando, después, con la salida de la hegemonía. En eso está de acuerdo casi todo el mundo, dentro y fuera del país. En lo que no priva, aún, un consenso semejante es en el mecanismo práctico para hacerlo realidad. Mientras siga pasando el tiempo, la salida será más traumática, porque la hegemonía tendrá la posibilidad de proseguir su represión.
Más venezolanos sufrirán más el agobio del presente. ¿Es justo que ello sea así? Claro que no lo es. Por el contrario, es una injusticia que traspasa las fronteras de la barbarie. Una crisis definitiva tiene que conducir a una salida verdadera. Eso debe pasar en Venezuela.
Un libro políticamente incorrecto
Acaba de publicarse la segunda edición de un libro de Gehard Cartay, que lleva por título: Caldera y Betancourt, Constructores de la Democracia. La primera edición data de 1987, hace más de 30 años. Ya en ese entonces, el libro era «políticamente incorrecto», porque colocaba a Caldera no sólo a la par de Betancourt, en cuanto a su importancia política, sino en diversos aspectos lo privilegiaba como el factor indispensable para que se hubiese podido desarrollar la democracia y la República Civil en Venezuela.
Entonces, el propio Senador Vitalicio Caldera le hizo saber a Cartay sus propias reservas en cuanto al enfoque de la obra. Pero es un enfoque adecuado, que no desmerita a Betancourt sino que resalta su sabiduría política y su capacidad de entendimiento, no siempre compartidos por Acción Democrática. La nueva publicación del libro es oportuna, no sólo por su aporte al conocimiento de la formación de la democracia venezolana, sino porque ahora hay que reconstruirla desde sus cimientos. De Caldera y Betancourt se puede y debe aprender mucho.
Héctor Grisanti Luciani
Acaba de morir a los 92 años, un venezolano ejemplar: Héctor Grisanti Luciani, jurista reconocido, magistrado, académico, diplomático y escritor, entre otras facetas positivas de su trayectoria activa y versátil. Oriundo de Río Caribe y descendiente de corsos, el Dr. Grisanti gastó su larga vida de manera honrada y productiva, haciendo el bien a mucha gente, y formando una numerosa familia junto a su esposa, Yolanda Cano Febres-Cordero de Grisanti. Uno de sus hijos, Luis Xavier Grisanti, es uno de los economistas y expertos petroleros más prestigiosos del país.
¿Fue fácil la vida de Grisanti Luciani? No, porque la Venezuela de su infancia era muy precaria y con escasas oportunidades de superación. Él las supo aprovechar y además supo ayudar a otros a salir adelante. Su trayectoria es en buena medida la trayectoria ascendente de Venezuela durante gran parte del siglo XX. Ejemplos como el de Héctor Grisanti Luciani se necesitan ahora más que nunca.
Elecciones españolas
Antes de hacer alguna referencia a las encuestas y las proyecciones comiciales con vista a las elecciones generales convocadas para el 28 de abril, hay que reconocer que la gobernabilidad de España se ha hecho sumamente inestable. Mariano Rajoy no pudo terminar su mandato, y su sucesor, Pedro Sánchez, que le correspondía concluir ese mandato, tampoco lo ha logrado. Eso se llama inestabilidad política.
Las encuestas señalan, hasta ahora, dos grandes indicaciones. Que la primera fuerza política es el PSOE, el partido de Sánchez, pero que la mayoría política necesaria para formar gobierno estaría en una alianza del PP, Ciudadanos y Vox, es decir en el espectro de la centro-derecha y la derecha más propiamente dicha. Por todo ello, todavía falta tiempo para que se defina la contienda.