Cinco Temas ¿Mandan o no mandan los cubanos?, por Fernando Luis Egaña
En estos días he escuchado algunas opiniones en el sentido de que se exagera la influencia de Cuba en los asuntos internos de Venezuela. La verdad es que no entiendo qué significa eso. Me parece obvio que las decisiones decisivas sobre el poder en Venezuela, no se toman en Caracas sino en La Habana. Y esa obviedad se fundamenta, entre otras razones, en que Maduro se lo pasa viajando para allá a reunirse con Raúl Castro.
Los viajes que se publicitan son innumerables, a los que deben sumarse los que no se publicitan. ¿Por qué viaja tanto Maduro a Cuba? No es para hacer turismo o para descansar, lo que desde luego podría formar parte de su agenda. Es para recibir la línea que Castro y sus camaradas consideran conveniente para nuestro país. Sobre todo en el dominio político. ¿O acaso esto es una exageración? No lo creo.
La lista de Zapatero
El que la Asamblea Nacional declarara a José Luis Rodríguez Zapatero como persona non grata en Venezuela, era una decisión absolutamente lógica porque este señor, entre otras razones, se ha dedicado a defender en el exterior al régimen que ha anulado a la propia Asamblea Nacional. Por tanto, la respuesta de la Asamblea no podía ser otra. No obstante, el tema se convirtió en un espejo de las distintas oposiciones que subsisten en la Asamblea.
Una, la que propuso y votó a favor del asunto. Otra, la que no estuvo de acuerdo con ello. La posición de la primera, repito, es lógica; la posición de la segunda, es ominosa. Rodríguez Zapatero es un personaje indefendible, por eso no debió ser defendido, así fuera indirectamente, por los diputados que no votaron a favor de declararlo persona non grata. Sí, ya se habla de la «lista de Zapatero»…
¿Y qué pasó con el “Petro”?
Uno supone que ha pasado, al menos, dos cosas. En relación con lo que queda de economía nacional, todo lo del “Petro” fue una gran chapuza para darle algo de expectativa a la gente e intentar ganar tiempo. Pero en relación con los depredadores de la economía, el “Petro” ha sido otro instrumento para hacer lo que saben hacer: depredar. ¿Cómo? Intercambiando “Petros” que no tienen existencia efectiva por divisas constantes y sonantes.
Hace pocos días me encontré con un general retirado que había sido convocado a una reunión en Fuerte Tiuna sobre el tema de las pensiones. Parece que le querían plantear, a él y a todos los demás, que le pagarían la pensión en “Petros”, es decir que en realidad no le pagarían la pensión. La calentera ha debido ser mayúscula y no sé en que terminó la cuestión. Lo que sí sé es que nadie quiere que le paguen en “Petros”. Y tienen razón.
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Bolsonaro y López Obrador
Curiosamente los dos países más importantes económicamente de América Latina, Brasil y México, comenzarán a ser presididos por unos mandatarios que en encuentran en las antípodas ideológicas. Pero mientras las diferencias en la esfera de las ideas o las consignas son abismales, no parece que lo sean tanto en cuanto a la personalidad individualista y acaso impredecible de Bolsonaro y López Obrador. Ambos llegan al poder con sólidas mayorías políticas y con expectativas de cambio que tienen mucho que ver con la retórica populista, sea de derecha o de izquierda.
Una de las diferencias notorias, hasta ahora, está es sus correspondientes posiciones sobre el señor Maduro. Mientras Bolsonaro no escatima epítetos para descalificarlo, López Obrador le extiende la alfombra roja para que asista a su toma de posición. Veremos qué pasa cuando estos presidentes electos empiecen a gobernar, a decidir y a asumir responsabilidades.
Las «midterms»
Las elecciones de mitad de período o «midterms» que acaban de realizarse en Estados Unidos no reflejan tendencias arrolladoras. Los Demócratas reconquistan la Cámara de Representantes y los Republicanos mantienen la mayoría en el Senado. Cierto que aquellos ganaron en el voto popular con un 6% de diferencia, pero también lo es que eso no implica el fin del mundo para Trump.
En realidad, los resultados son sanos. Apuntan hacia un equilibrio de poder entre las instituciones, lo cual, por cierto, es muy necesario para presidentes voluntaristas como el actual inquilino de la Casa Blanca. Sanos no tiene nada que ver con efectos de tranquilidad. Al contrario arreciará el debate y la lucha política, pero de eso se trata la democracia.