Claudia Sheinbaum: Un paso más hacia la igualdad, por Luis Ernesto Aparicio M.
Una vez más, somos testigos de cambios políticos significativos en el mundo. Esta vez, es particularmente reconfortante porque las mujeres, históricamente maltratadas y despreciadas en la política, están abriéndose camino para demostrar que la desigualdad está disminuyendo gracias al activismo en progreso y a los cambios en la visión y mentalidad de la sociedad.
Latinoamérica se encuentra nuevamente a la vanguardia de las transformaciones paradigmáticas en el ámbito político, tradicionalmente dominado por hombres, al abrir paso a otra mujer más. El 1 de octubre, en la presidencia de un país cuya cultura ha estado históricamente centrada en el hombre, una mujer tomará las riendas de la política.
Se trata de Claudia Shienbaum, una científica que ha sido prestada a la política. Sheinbaum se unirá a las filas de mujeres notables que han liderado sus países, posiblemente dejando una huella en la historia política mundial junto a figuras admiradas como Michelle Bachelet (Chile), Mary Robinson (Irlanda), Sanna Marin (Finlandia), Theresa May (Reino Unido) y Jacinda Ardern (Nueva Zelanda).
Sin embargo, las elecciones en México deben ser vistas más allá de un proceso complejo para la votación de una mujer. Este sufragio demuestra que, en términos de alternancia en igualdad de género, este hemisferio supera a Estados Unidos, considerado el coloso de la democracia, pero que aún no ha elegido a una mujer como presidenta en su proceso de selección indirecta.
En la suma de los datos curiosos, se puede apuntar en la lista que Claudia Sheinbaum es una de las que ha resultado vencedora en un proceso electoral durante una democracia abierta, puesto que algunas de las mujeres latinoamericanas entraron a las respectivas casas presidenciales luego de un régimen autoritario, como Violeta Chamorro, electa luego de la caída del dictador Anastasio Somoza.
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No obstante, aunque en democracia, el proceso electoral que llevó al triunfo de Sheinbaum estuvo marcado por la agresividad de grupos armados y delincuencia organizada que disputan espacios de poder en varias regiones del país. Situación que representa uno de los tantos retos a resolver en sus años de gobierno.
Además de la violencia, la nueva presidenta tendrá que enfrentar algunos obstáculos más ocultos para la mirada común de todos nosotros. La más importante es el probable «san Benito» que deberá cargar, o soltar, sobre si será ella quien esté al frente del gobierno o mantendrá un estrecho tutelaje del presidente saliente, quien sin duda alguna se ha convertido en la figura política más relevante y aceptada en todo el país.
A esa lista se suma el hecho de que durante los 24 años de democracia consolidada que ha tenido el país y antes de ese tiempo, los hombres han dominado los círculos políticos y de otras organizaciones fundamentales para el funcionamiento del país, lo que puede significar dificultades en el camino del entendimiento y el trabajo en conjunto, si el muy «cultural machismo» prevalece.
Por otra parte, a raíz de la gran cantidad de votos recibidos por Sheinbaum, cinco millones más que su antecesor, y la obtención de la mayoría calificada lograda junto a sus socios del partido Verde y el Partido del Trabajo en el Congreso le aseguran un aire de manejo de todo lo que tenga que ver con los controles legislativos, lo que puede ser muy tentador para fulminar algunos contrapesos como hacen algunos autócratas conocidos en nuestro continente.
A pesar de las dificultades que Claudia Sheinbaum pueda enfrentar durante su gobierno en este enorme y complejo país, lo más importante es celebrar, por los momentos, los cambios que se producen en democracia, especialmente cuando demuestran el valor de la alternancia y la posibilidad de cambios de paradigmas en cuanto a la igualdad de género en la política mundial, como se ha demostrado en México.
Luis Ernesto Aparicio M. es periodista, exjefe de prensa de la MUD
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