Colette Capriles: La negociación con el gobierno está en los detalles
Colette Capriles, psicóloga social e integrante del equipo técnico que acompaña a la MUD en las negociaciones con el gobierno en República Dominicana devela lo ocurrido en la última reunión, sus expectativas de cara al nuevo encuentro del 18 de octubre y afirma que un proceso largo no es malo
Autor: Víctor Amaya | @victoramaya
-El 11 y 12 de enero no hubo acuerdo más allá de una nueva fecha para reunirse: 18 de enero. Danilo Medino decía que seguían el principio de que se acuerda todo o no se acuerda nada. ¿Cuál es el estatus real, siendo que Jorge Rodríguez dice desde diciembre que hay 97% de acuerdo?
-El gobierno anuncia constantemente un acuerdo porque está muy presionado para lograrlo. Hay un argumento por ahí que dice que cada vez que se prolonga esto el gobierno está ganando tiempo. La verdad es que el gobierno es quien tiene el tiempo en contra, está absolutamente desesperado frente a una situación que aunque no les afecta personalmente, sí a la gente que está en una crisis como nunca en el país. Eso implica una presión para el gobierno, además de la internacional, que la hay. Entonces el gobierno hace anuncios genéricos que no corresponden a la realidad en el sentido de que hay algunos puntos donde se puede llegar a un acuerdo, y hay otros que tienen que ser discutidos porque la posibilidad de un acuerdo es más difícil. Si Jorge Rodríguez dice que el 97% de la cosa está acordada, quiere decir que ese otro 3% es clave. La oposición está construyendo una negociación para lograr el cambio político para Venezuela, no para consolidar o facilitar u oxigenar al gobierno de Maduro.
-Varios integrantes de la comisión técnica que acompaña a la oposición, incluyéndola, publicaron unos tuits donde, básicamente, decían «no se pudo». Luego los borraron y se volvieron a sentar. ¿Qué pasó allí?
-Pasó que había una situación en la que la conversación terminó, el gobierno se levanta, hay un intento por parte de la facilitación de continuar la conversación, pero aparentemente no había más nada. Nosotros decidimos efectivamente informar de esa situación, que los puntos de negociación no habían avanzado y que probablemente la conversación había llegado hasta allí. La idea era alertar al mundo antes de que hubiera una actividad del gobierno transformando ese hecho en otra cosa.
-¿Cree que esos tuits terminaron sirviendo como presión para que el gobierno volviera a la mesa?
-No lo sabemos, pero sí fue una manera de limitar la posibilidad de que se interpretara la suspensión de la negociación como una victoria del gobierno. La situación cambió inmediatamente, empezó un movimiento en otro sentido, se produjo una nueva redacción de algunos puntos y se continuó la negociación. Pero sí fue un momento de presión, evidentemente; pero hay que considerar que así son todos los procesos de este tipo. Hubo un momento en que se nos advirtió que la negociacicón continuaría, que la situación ya era completamente diferente y yo, personalmente, para evitar que esos tuits siguieran circulando en una situación en vivo, dijimos ‘vamos a parar esto y vamos a borrar’.
-¿Cuáles son las expectativas para la reunión del 18 de enero? ¿Habrá acuerdo definitivo?
-Yo no podría evaluar esa posibilidad. Creo que el 18 no será una reunión definitiva. Aquí el detalle es lo importante, porque el gobierno a lo mejor dice ‘bueno, sí, vamos a arreglar una cosa’ y en el detalle dice que no. O al revés. Entonces, los detalles es donde está el corazón de la negociación, a diferencia de lo que quiere el gobierno, que busca un anuncio nebuloso para que no se le comprometa con nada. Mientras más largo el trabajo, mejor en ese sentido, porque significa que están en los detalles. A veces los venezolanos no se dan cuenta que esta negociación involucra a la comunidad internacional, y hay presión para dar solución a esta crisis. Realmente la presión es sobre el gobierno, que es el culpable.
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