Colombianos deportados aseguran que estuvieron secuestrados tres años en Venezuela
“Estábamos en los calabozos del Palacio de Justicia y llegaron funcionarios fuertemente armados, encapuchados, yo dije, aquí está pasando algo que no es normal, yo estaba atemorizado, no sabía si me iban a matar, qué iban a hacer con nosotros”, relató Yahir Tapia, uno de los colombianos deportados por la administración de Maduro
El sábado 29 de junio al menos 59 ciudadanos de nacionalidad colombianos fueron deportados a su país de origen, luego de permanecer tres años detenidos por presuntamente formar parte de una conspiración para derrocar a Nicolás Maduro.
Luego de llegar a su país los hombres decidieron hablar, para denunciar la barbarie que vivieron durante u paso por un centro de reclusión improvisado para ellos en Caracas.
Tal es el caso de Yahir Tapia Valdez, de apenas 29 años, quien permaneció recluido desde el 2016 luego de que voluntariamente se presentara ante el Servicio Administrativo, Migración y Extranjería (Saime), para que lo deportaran a Colombia, porque no tenía dinero ni siquiera para regresar.
Una vez en el Saime le dijeron que debía esperar y lo trasladaron a un sótano junto a otros connacionales, de ahí fue trasladado al estado Táchira, donde los devolvieron a Caracas por no tener pasaporte provisional.
“A la semana llegó el documento y eso coincidió con el supuesto plan terrorista que en agosto de 2016, dijo el dictador Nicolás Maduro que se estaba organizando en contra de su gobierno. Fui detenido, caí injustamente en ese grupo de 59 colombianos”, dijo Tapia al recordar el comienzo de esa fatídica historia.
“Estábamos en los calabozos del Palacio de Justicia y llegaron funcionarios fuertemente armados, encapuchados, yo dije, aquí está pasando algo que no es normal, yo estaba atemorizado, no sabía si me iban a matar, qué iban a hacer con nosotros”, relató el joven de 29 años a La Opinión.
De la sede del Saime fueron trasladados a una zona conocida como Maripérez, ahí permanecieron por largo tiempo, en cautiverio sobre una platabanda, en la que los 59 colombianos vivieron los horrores del frío, aguantar el sol, sin agua y alimentación, sin siquiera un lugar donde resguardarse.
Pero para Yahir la historia era aún más difícil, debía comer solo lo que le compartían algunos de sus compañeros cuando a los familiares les permitían el ingreso de los alimentos. “Lo más duro fue estar solo, que no contaban con mi familia porque no estaba en Venezuela, porque a mi madre la habían deportado en el 2016, mi familia regresó a Colombia a raíz de la situación que estaba viviendo allá”.
A otros de los colombianos los detuvieron en su casa o incluso en sus lugares de trabajo, como ocurrió en el caso de Germán Espitia, que para el momento de su arresto llevaba 15 años radicado en Venezuela.
El hombre explicó que fue interceptado por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana, quienes le pidieron su documentación y aun con la residencia de Espitia en mano decidieron llevarlo para “una inspección de rutina” que se extendería por 34 meses “de duro cautiverio”.
Hoy desde la ciudad fronteriza de Cúcuta, el sujeto dijo que todo el tiempo que pasó en prisión fue viviendo “un injusto secuestro, nosotros no estábamos presos, fuimos secuestrados por Maduro. Nunca nos comprobaron un delito.
Luego de la petición de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, de liberar a los 59 colombianos, la administración de Maduro decidió deportarlos, devolviéndoles a un país de origen de donde muchos salieron hace años y no tienen ni un solo familiar.