¿Cómo detectar si una medicina es “chimba” o no apta para consumo?
La Federación Farmacéutica Venezolana y la Cámara de Industria Farmacéutica han insistido a los ciudadanos en que compren la medicina que requieran en establecimientos permisados para ello. También piden estar alerta antes las falsificaciones en el mercado
La venta de productos adulterados, contrabandeados o sin revisiones por parte de los organismos correspondientes ha aumentado en el país. No solo se trata de bebidas refrescantes o productos cosméticos, sino del expendio de medicinas de dudosa efectividad en establecimientos no permisados.
Desde la Federación Farmacéutica Venezolana (Fefarven) se critica la venta informal de medicamentos en calles, abastos o sitios sin ningún tipo de medida que garantice la calidad de venta del fármaco. También incluyen dentro de la clasificación de «buhoneros de la salud» a aquellas personas que hacen tatuajes, depilación de cejas, supuesta ortodoncia o venden productos relacionados con salud y cosmética -como esmalte de uñas- falsificados.
«Por ejemplo, hay reportes de aumento de resequedad y onicomicosis producto del uso de este tipo de productos (…) Ya es hora de poner mano dura a este tipo de actividad. Establecer normas y reglamentos porque no podemos hablar de establecimientos de salud ambulantes que no existen, para hablar de establecimiento debe seguir unas normas y medidas específicas para tal fin», señala José Luis Malavé, director de relaciones institucionales de Fefarven.
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Por su parte Tito López, presidente de la Cámara de Industria Farmacéutica (Cifar), señala que una farmacia «no debería estar comprando ningún ilícito, tiene que ser penada como tal porque la ley lo rige así, inclusive hasta el cierre de la farmacia, y el farmacéutico patrocinante es el responsable de que los medicamentos que se vendan en la farmacia estén debidamente registrados o permisados por las autoridades sanitarias en el país».
El Instituto Nacional de Higiene Dr. Rafael Rangel señala que los productos farmacéuticos falsificados «son muy difíciles de detectar. A menudo están diseñados para que parezcan idénticos a los productos legítimos», pero resultan ineficaces como tratamiento de las enfermedades o afecciones a las que están destinados.
Pero, ¿cómo identificar si estamos frente a medicinas falsificadas o no aptas para consumo?
Lo primero es comprar en farmacias con los permisos de venta. Generalmente, en estos establecimientos es visible en alguna de las paredes la aprobación del expendio de medicamentos, que hace el Ministerio de Salud.
En segundo lugar, se recomienda revisar el empaque de la medicina en cuestión, que debe estar troquelado con el número de lote, fecha de vencimiento, composición y recomendaciones de uso. En el empaque también se encuentra el nombre del laboratorio fabricante y, en caso de ser importado, la casa de representación en Venezuela así como el farmacéutico patrocinante.
Algunos empaques tienen el prospecto impreso en la caja o en un papel dentro del estuche donde, además de los datos antes mencionados, se detallan los efectos secundarios.
Los farmacéuticos sugieren evitar la compra de medicamentos en blíster o con cajas que presenten daños debido a malas condiciones de almacenamiento, como cajas mojadas, con abolladuras, rotas o con datos poco visibles o borrados.
De conseguir una medicina falsificada, el Instituto Nacional de Higiene tiene una sección disponible para hacer la denuncia respectiva. El organismo recuerda que la falsificación de medicamentos «puede afectar tanto a productos de marca como a genéricos, y puede tratarse de productos elaborados con los ingredientes incorrectos o correctos, pudiendo incluso llegar a sustituirse por sustancias tóxicas, con principios activos en cantidad insuficiente o sin ellos, o con envases falsificados».