Como era previsible, Argentina y Brasil en la final de la Copa América, por Gustavo Franco
Twitter: @GusFrancoH
Las dos mejores selecciones del continente sudamericano lograron pasar a la final de la Copa América. En Brasil es una oportunidad única para que su gran estrella, Neymar, forme parte de un equipo ganador del certamen, debido a que en 2019 —cuando su selección salió campeona— se perdió el torneo por lesión.
Para Argentina —luego de haber eliminado a Colombia por penales— es una de las últimas oportunidades para que Lionel Messi gane un título con su selección y dejar atrás aquellos debates de que para estar entre los mejores de la historia tiene que haber ganado algo con la selección.
Las dos selecciones son las que más talento acumulan en sus plantillas. Sus jugadores juegan en algunas de las mejores ligas europeas, y muchos juegan año tras año la UEFA Champions League.
Ambos equipos tienen, además, las mejores ligas del continente sudamericano, las cuales usan para complementar al talento que se tiene jugando en el viejo continente. Es el caso de Gonzalo Montiel y Franco Armani, en Argentina, y de Gabriel Barbosa y Éverton Ribeiro en Brasil.
De inicio, ninguna selección podría presumir de acumular el talento que poseen ambas selecciones, y a lo largo del torneo ninguna selección pudo demostrar lo contrario.
Chile logró sacar un empate contra la albiceleste, y luego Colombia forzó una tanda de penales en las semifinales (nuevamente, contra Argentina). La fase de eliminación de Brasil no fue mucho más brillante, aunque sí mostró ser un equipo más fiable. Eliminó a Chile con un marcador de 1-0 pese a sufrir una expulsión en el minuto 48. Ya en semifinales derrotó a Perú con el mismo marcador.
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Entonces, hemos visto a dos selecciones que no han tenido que pisar demasiado el acelerador para llegar a donde están. Resulta extraño decir que, para ambas selecciones, la verdadera prueba es la final que jugarán. Pero la verdad es que la única selección sudamericana que está a la altura de la brasileña es la argentina. Y viceversa. Respecto a las otras selecciones hay mucha diferencia. Pero esta desigualdad en el nivel futbolístico es tema de la Conmebol y de las federaciones de cada país.
Cuando llegue el partido de la final, el equipo que se acerque a una versión suya ideal seguramente será el que gane. A lo mejor habrá que sacudirse esas versiones que se han visto en partidos anteriores —y que han sido suficientes para llegar hasta la final—. Argentina tiene en el recuerdo las tres finales perdidas (un mundial y dos Copas América) en 2014, 2015 y 2016. Además, Lionel Messi es el único jugador que estará en el campo que ya habrá disputado una final entre ambas selecciones: la de Venezuela en 2007, celebrada en el estadio José Encarnación «Pachencho» Romero, y que ganó Brasil 3-0 cuando Argentina venía de hacer un torneo brillante y parecía que se llevaba el torneo.
Hay mucho aliciente para que sea Argentina quien encuentre esa dosis extra de motivación.
Por el lado de Brasil, querrán hacer lo imposible para que Argentina no gane un trofeo en suelo brasileño. La mesa está servida para que la final sea muy atractiva. Esperamos que el fútbol esté a la altura.
Gustavo Franco es periodista deportivo. Es editor del portal web Línea de Tres
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