¿Cómo fue que me dijiste?, por Teodoro Petkoff
A los caraqueños conviene recordarles lo que Freddy Bernal, burgomaestre del municipio más grande de Caracas, Libertador, ofreció para la ciudad, allá por febrero de 2002, en declaraciones para TalCual. Soñaba Bernal. “Me imagino a Caracas dentro de seis meses como una ciudad limpia, sin basura, con plazas sin indigentes, los huecos de las calles tapados y los buhoneros reubicados. Será como Madrid u otra ciudad de Europa”. Tres años después Caracas se parece más a Calcuta que a Madrid. El alcalde alguna vez esgrimió una excusa surrealista: “el 80% de mi tiempo se me ha ido en la defensa de la revolución”. Por lo visto una parte considerable de los millares de caraqueños que lo eligieron hace cuatro años, y esta vez dejó de votar por él, pensó que la mejor defensa de la revolución habría sido una buena gestión y el cumplimiento de las promesas.
De los cuatro mayores ofrecimientos de Bernal (eliminar basura, reubicar buhoneros, recuperar espacios públicos y asfaltar calles), tres han terminado hasta ahora en puros y simples fiascos. Aunque Chávez se ha quejado públicamente de que la ciudad está muy sucia y a pesar del largo conflicto con una de las empresas recolectoras de basura, en este aspecto existe, en algunas zonas, una cierta mejoría. En lo demás, el fracaso es clamoroso. Las calles son un desastre. Lo de los espacios públicos es tan chocante que ahora Juan Barreto nuevamente hace de su recuperación una de sus grandes ofertas para la ciudad.
En materia de buhoneros, cuya reubicación Bernal presentó como la prioridad para el año 2002, lo que está a la vista no necesita anteojos. Asfaltar calles, recuperar plazas y recoger basura están al alcance de cualquier alcalde medianamente diligente, que se ocupe de sus asuntos. Lo de los buhoneros, en verdad, no es nada fácil, porque el sustrato de esta masiva presencia de vendedores ambulantes es una crisis social cuyo tratamiento desborda largamente el ámbito municipal. Para ser justos habría que decir que Bernal ha intentado tomar algunas medidas pero no ha podido con la carga. Vamos a ver qué hacen ahora Barreto y Bernal en llave.
Desde luego que un plan de ciudad no es una lista de lavandería de medidas inconexas, pero recordar las promesas de Bernal permite medir no tanto la magnitud de su fracaso como el tamaño del desafío urbano que es Caracas. Pero en América Latina ha habido casos tan difíciles o peores que Caracas y han sido enfrentados con éxito. Basta recordar el ejemplo de Bogotá. De modo que el problema no es insoluble. Hacerle frente, por cierto, debería comenzar por dividir a Libertador en varios municipios. Una sola alcaldía para la parte más grande de la ciudad ya es insostenible. Descentralizar y desconcentrar la Alcaldía de Libertador es transferir a las comunidades la gestión de sus asuntos y seguramente la atención a ellos será bastante mejor que la actual. El chavismo está en mora con su principal bastión político. El 31 de octubre este le hizo una advertencia, reduciendo a la mitad los votos que le había dado el 15 de agosto. Están avisados.