Cómo regañar a un millennial en el trabajo, por Reuben Morales
Ninguna técnica probada hasta ahora le funciona, ¿verdad? ¿Si les corrige se ofenden? ¿Usted siempre es el equivocado? ¡Tranquilo! En el Centro de Investigaciones de la Universidad de la Vida, hemos desarrollado dos modelos para que usted sepa cómo regañar a un millennial en ambientes laborales. El primero de ellos es el Progresista y el otro, el Fascista. Si desea meter en cintura a estos especímenes para mantener el negocio vivo, copie los siguientes patrones al pie de la letra y todo saldrá bien.
Modelo progresista para regañar a un millennial en el trabajo:
Evite enviarle una nota de voz larga por whatsapp. Cuando superan la barrera del minuto, ya ellos olfatean que es un regaño. Tampoco hable con éste en la oficina. Mejor cítelo en un café que esté de moda y compre las bebidas primero. Luego diríjanse a una mesa que esté al lado de un enchufe. Así éste podrá conectar sus dispositivos electrónicos y evitar estresarse. Dicho esto, entonces comience a hablar en un tono muy sumiso y conciliador:
“Antes que nada quiero darte las gracias por haber sacado tiempo de tu apretada agenda para venir. Si quieres revisar el teléfono mientras te estoy hablando, dale tranquilo… o tranquila… o tranquile… como tú te sientas. Yo te respeto. Si acaso te incomoda que te hable, también podemos seguir sentados frente a frente, pero hablamos por WhatsApp. Como te sea cómodo, pues. Yo te acepto como eres. Sabes que me encanta tu trabajo. De tantas personas que he visto en redes, tú eres el más duro. Tu capacidad de pescar tendencias es admirable. Además, que nunca te había dicho que gracias a los seguidores que tienes en Instagram, nuestras ventas aumentaron muchísimo.
“Sin embargo, a veces lamento que no vendamos más. Y eso no pasa porque estés haciendo mal tu trabajo, para nada. Tú sabes que ahorita estamos en Mercurio Retrógrado y eso es un fenómeno que incluso afectaba hasta al mismo Steve Jobs en su mejor momento. Pero hay un pequeño tema del que te quiero hablar… bueno, pequeñito… una bobadita, pues. ¡Ojo! No te lo vayas a tomar a mal. Es más, si quieres otra bebida, pedimos más. ¿O prefieres comer? Lo que tú digas. Aquí la estrella eres tú. Bueno, si no, seguimos…
“El asunto es que últimamente (y esto lo digo sin ánimos de ofenderte) no has entregado las cosas bajo los lineamientos que pedimos. ¡Ya va!… ¡ya va!… No digas nada todavía. No es lo que estás pensando. Es para decirte que los equivocados hemos sido nosotros, no tú. Y precisamente por eso es que me estoy reuniendo contigo.
“Es para preguntarte qué cambios sientes deberíamos hacer. Lo que tú digas, créeme lo aplicaremos en toda la organización para reestructurar nuestras 50 sucursales mundiales con sus 5.000 empleados. Queremos hacer las capacitaciones ya mismo. De hecho, estaba pensando que nos recomendaras cuáles son los tutoriales de YouTube más idóneos para entrenarnos en el próximo cambio de cultura de la empresa.
“Aunque bueno, tú también lo evalúas. Si tú ves que todos estos cambios de fondo pueden llevarse meses y dinero, quizás sea más práctico que entonces tú hagas pequeños ajustes en tu trabajo. Como tú lo veas. Mi prioridad es que tú estés bien. No quiero que te sientas incómodo. Es más, de hecho, pensé que ahora puedes trabajar desde casa, porque tienes razón. Necesitas descansar más. Seguro desde allá aumentarán las ventas, pues estarás en tu zona de confort”.
Modelo fascista para regañar a un millennial en el trabajo:
“¡Me cansé! ¡Te lo he dicho cuarenta veces y sigues cometiendo los mismos errores! ¡Si vuelve a pasar, te despido!”
Ahí le dejamos los dos modelos más probados para regañar a un millennial en el trabajo. La verdad, al final no importa si usted escoge uno o el otro. El resultado siempre será el mismo. Ninguno de los dos le funcionará, ellos saldrán ofendidos y usted seguirá siendo el equivocado.