Competitividad, innovación y productividad, por David Somoza Mosquera
“Las empresas más competitivas son innovadoras, a la vez que optimizan el uso de sus recursos y alcanzan un nivel alto de productividad”.
La frase anterior, popular en la literatura empresarial, puede que parezca un juego de palabras, pero lo cierto es que para las compañías la competitividad, la innovación y la productividad deben estar dentro de sus prioridades, son tres claves para alcanzar con éxito los objetivos y metas trazados.
En este momento ser productivas, competitivas e innovadoras es más que crucial para las empresas, porque ya no basta con surfear una de las más severas crisis globales que se haya presentado en tiempos modernos. Deben concentrarse en superarla, sea cual sea la evolución de las condiciones.
¿Cuánto tardarán en mejorar los indicadores económicos? ¿Se recuperarán rápidamente los mercados? ¿Cómo mantener y aumentar la productividad en estas condiciones? ¿Los consumidores volverán a gastar o sus hábitos cambiarán radicalmente? ¿Qué productos y servicios terminarán imponiéndose entre las preferencias de los clientes? Son interrogantes que pueden generar incertidumbre y zozobra, pues todavía no está del todo claro lo que está por venir para el mundo de los negocios.
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Sin embargo, las compañías deben dar un paso adelante para poder responder eficientemente a lo que pueda avecinarse y aquí entra en juego su capacidad competitiva, que se traduce en la calidad de sus productos, la rapidez de reacción ante los eventuales problemas y la capacidad de evolucionar. Y una de las mejores vías es ser proactivas y actuar con velocidad, siempre teniendo como norte, y aquí retomo el inicio de mi artículo, no solo la competitividad, sino también la innovación y la productividad.
Competir mejor en el mercado es un desafío, y ahora lo es más. Innovar y alejarse de los viejos modelos de organización y gestión puede abrir caminos en las condiciones actuales. Productividad, con el fin de incrementar la satisfacción de los clientes y la rentabilidad.
Así que el futuro de una empresa depende definitivamente de cómo proceda. Su principal foco es ser competitiva para mantener su presencia a largo plazo y para esto es necesario que trabaje siempre con innovación de manera que se fomente la apertura de nuevas posibilidades de negocios y se genere credibilidad y confianza hacia la marca.
No tengo dudas que mientras mayor sea la capacidad de adaptación y flexibilidad que se debe tener durante el proceso de innovación, mejores son los resultados económicos de la empresa: crece la productividad y la calidad y aumenta su presencia en los mercados.
Es fácil decirlo, el verdadero reto es implementarlo.