Complicaciones aritméticas para gobernar España
En España, la investidura presidencial se perfila como una de las más complicadas de los últimos tiempos. Ninguno de los candidatos está en condiciones de conseguir la mayoría absoluta en una primera vuelta parlamentaria, por lo que será necesaria una segunda ronda en la que bastará la mayoría simple para ser investido presidente
En España, poco más de tres semanas después de que las elecciones parlamentarias no arrojaran una mayoría, la nueva legislatura comienza el jueves 17 de agosto bajo el signo de la incertidumbre debido a las exigencias de los independentistas catalanes a Pedro Sánchez.
Los 350 diputados elegidos el 23 de julio se reunirán en Madrid para iniciar la nueva sesión parlamentaria. El jueves, los diputados renovarán la dirección del Congreso de los diputados (la presidencia de la cámara, así como los ocho miembros de la Mesa, el órgano rector del Congreso).
Se ha suscitado un enorme interés, ya que todo el mundo considera este paso el preludio de la votación para designar al próximo presidente del Gobierno, que previsiblemente tendrá lugar a principios de septiembre, indicó RFI en un reporte este miércoles 16 de agosto.
La investidura presidencial se perfila como una de las más complicadas de los últimos tiempos. Ninguno de los candidatos está en condiciones de conseguir la mayoría absoluta en una primera vuelta parlamentaria, por lo que será necesaria una segunda ronda en la que bastará la mayoría simple para ser investido presidente.
A pesar de haber ganado las elecciones, el líder del derechista PP, Feijóo, no cuenta con posibilidades de conseguir el respaldo suficiente, por lo que todo parece indicar que será el dirigente socialista, Pedro Sánchez, el que intente renovar su mandato presidencial en España, en una segunda vuelta. Pero no lo tiene fácil. Sánchez necesita el apoyo de los partidos independentistas catalanes, que ya han advertido que pedirán a cambio un referéndum de autodeterminación e incluso la amnistía para los políticos separatistas- que permanecen en el exilio.
Se trata de dos demandas que complican mucho la investidura de Sánchez, ya que la Constitución española impide cualquier consulta popular sobre la independencia de una región. Habrá que esperar para saber bajo qué condiciones los separatistas catalanes estarían dispuestos a ceder en sus demandas más polémicas.
Los números en España
Esta situación actual se deriva de los resultados de los comicios parlamentarios del 23 de julio, que supusieron una victoria pírrica para el derechista Partido Popular, ahora el primer partido del país con 137 diputados, pero muy lejos de lo que pronosticaban las encuestas y sin la mayoría absoluta de escaños (176) necesaria para que su líder Alberto Núñez Feijóo sea investido jefe de Gobierno.
Ni siquiera la decisión del partido ultraderechista Vox de cederle los votos de sus 33 diputados sin exigirle entrar en el Gobierno sería suficiente para Feijóo, que, con el apoyo del diputado de un pequeño partido regional, sólo puede contar con 171 votos.
Por su parte, Sánchez, con 121 diputados y los 31 de Sumar, su socio de la izquierda radical, debería contar con el apoyo de varios partidos regionales, entre ellos tres formaciones independentistas vascas y catalanas, lo que le permitiría alcanzar también los 171 diputados.
Los dos partidos, que reclaman la presidencia de la Asamblea, se disputan el apoyo de la única diputada de un pequeño partido regional canario.
Para la elección del jueves a la presidencia del Congreso, y posteriormente al cargo de presidente del gobierno, se requiere mayoría absoluta en la primera vuelta, o mayoría simple en la segunda.
Pero la aritmética es clara: los siete diputados del partido independentista catalán que lidera Puigdemont, Junts per Catalunya (JxCat), son los que decidirán el ganador.
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