Con calor extremo y sequía, Argentina sufre su verano más tórrido
Argentina soporta este año el verano más tórrido del que se tiene registro, con temperaturas récord y falta de lluvias que dañan la agricultura y mantienen al país bajo alerta meteorológica, según reportes oficiales
Argentina soporta este año el verano más tórrido del que se tiene registro, con temperaturas récord y falta de lluvias que dañan la agricultura y mantienen al país bajo alerta meteorológica, según reportes oficiales.
En noviembre pasado, aún en primavera, se registró la primera de nueve olas de calor cuando lo usual son cuatro o cinco estivales y seguirán en otoño con temperaturas hasta 55% por encima de la media, reportó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
Según el SMN que recopila datos desde 1961, este es el verano más cálido desde entonces y el mes pasado fue además el segundo febrero más seco, con 41,9% menos de lluvia que el promedio.
«Es difícil por ahora atribuir todo al cambio climático», dijo a la AFP Cindy Fernández, especialista del SMN. Sin embargo los estudios indican que «el cambio climático hace 60 veces más probable la ocurrencia de olas de calor prolongadas y con gran extensión territorial» como las que atraviesa Argentina.
Este jueves, el ingreso de aire frío austral trae alivio al sur de Argentina, «pero en el centro y norte las temperaturas seguirán muy altas. En Buenos Aires posiblemente tendremos otra ola de calor la semana próxima», dijo.
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Estela Lago, de 49 años y vendedora en un kiosco de Buenos Aires, está harta de este verano interminable. «Ya no lo soporto. Hemos tenido calor extremo desde noviembre, estamos en marzo y no termina», se quejó.
Esta semana el alerta rojo abarca un tercio de Argentina.
«No es normal tener olas de calor en marzo, esta última fue muy larga, en la ciudad de Buenos Aires se prolongó por siete días», señaló Fernández, quien indicó que la duración usual es de tres días.
Más sequía en Argentina
La combinación de altas temperaturas y sequía propició incendios forestales y afectó los rindes agrícolas de este país que figura entre los principales exportadores de alimentos.
«Argentina sufre un escenario climático sin precedentes en la agricultura moderna», advirtió en su último informe la Bolsa de Comercio de Rosario. «No hay lluvias a la vista que permitan ponerle un piso a la cosecha, la situación es muy grave y puede empeorar», agregó.
La producción de soja, principal producto de exportación, caerá a su volumen más bajo en 14 años, con pérdidas también en trigo y maíz. La entidad estimó pérdidas por unos 10.000 millones de dólares este año.
«Esta sequía fue provocada por el fenómeno de la Niña y se espera que en otoño empiece a debilitarse hasta desaparecer, pero la atmósfera tarda en responder», explicó Fernández.
El fenómeno coincidió la semana pasada con el inicio del año escolar.
«Los chicos se descomponen, no pueden concentrarse, son 39 alumnos en un aula sin circulación de aire», describió Patricia Castro, madre de una niña de 7 años alumna de una escuela pública del barrio de Boedo, en Buenos Aires, sin aire acondicionado.
«El patio donde se hace educación física arde, sin sombra, es inhumano», dijo esta empleada que manda a su hija a la escuela de todos modos «porque no hay quien la cuide en casa».
Daniel Botaro, padre de gemelas de 8 años, resolvió no enviarlas «hasta que ‘afloje’ el calor».
Si bien las autoridades no suspendieron clases, las quejas de padres se multiplican.
«En el colegio con estas temperaturas y sin aire acondicionado, con el peligro que lleva… hay poco respeto por los chicos», consideró Ricardo Merkin.
En Buenos Aires se dispuso un operativo para la distribución de agua embotellada en las escuelas. El Ministerio de Salud mantiene un alerta para prevenir golpes de calor.
El incremento de la demanda de energía a causa de las altas temperaturas también ha causado cortes de luz y protestas de usuarios.
«El calor afecta más a la gente de pocos recursos sobre todo niños», dijo Ernesto Texo, un abogado de 70 años al recordar que en Argentina la pobreza alcanza a 37% de la población.
Para Valeria Sparrow, una empleada de 50 años «el calor cansa, pero peor es la inflación» que en 2022 fue de casi 100% anual.