Construir democracia, por Marta de la Vega
Twitter: @martadelavegav
Es un hecho histórico alentador el debate del 12 de julio de 2023 realizado en el Aula Magna de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, «Hablan los candidatos«. Participaron ocho de los trece precandidatos de las fuerzas democráticas postulados para escoger el 22 de octubre próximo en una elección primaria al candidato presidencial para los comicios previstos en la Constitución en diciembre de 2024.
Fue inspirador escuchar la valentía del presentador para enumerar a las personas y organismos impulsores de este encuentro, que trabajan para defender los derechos humanos, los espacios democráticos, la participación ciudadana y que son símbolo de nuestra lucha y resistencia cívicas contra la camarilla criminal militar civil que ha arruinado el país, arrasado con el Estado de Derecho, destruido los servicios públicos llevados al colapso total por negligencia y abandono de las obligaciones del Estado, saqueado el erario público y arrinconado a la mayoría de la gente, sometiéndola a la mera sobrevivencia.
Este ha sido un acto de desafío al poder dominante, que pretende aplastar disidencia y disensos. Debatir es la esencia de la democracia, como afirmó el director de la Escuela de Gobierno Mercedes Pulido. Y la UCAB se convirtió en su instrumento.
La sociedad civil organizada representada en 37 organismos no gubernamentales y las organizaciones universitarias de los estudiantes lideraron esta iniciativa, que no ocurría en Venezuela desde hacía más de diez años.
Pese a todas las restricciones y la censura impuestas por el régimen ilegítimo, usurpador y tiránico que desgobierna hoy el país, como lo señalaron con claridad meridiana Delsa Solórzano y Andrés Velásquez, una dictadura criminal que viola los derechos humanos, que está acusada e investigada ante la Corte Penal Internacional por graves crímenes de lesa humanidad, y denunciada por otros delitos que trascienden nuestras fronteras y por los cuales investigan varios organismos supranacionales, que es capaz de asesinar, que tiene más de trescientos presos políticos y está en el ejercicio del poder por la fuerza, sostenida por las fuerzas armadas, porque en 2018 no hubo una elección presidencial legítima, el régimen no pudo impedir la voluntad ciudadana de construir democracia y fue posible esta plataforma de discusión y diálogo con libertad.
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Ha sido una oportunidad para presentar públicamente, tanto para los venezolanos de adentro como de afuera, las propuestas políticas, económicas, sociales y culturales de los dirigentes demócratas que buscan un cambio político, no solo de gobierno sino de régimen, la transformación del modelo económico y la superación de la visión hegemónica y monolítica, cultural y comunicacional, supresora de toda diversidad y pluralismo, que ha pretendido imponer el llamado “socialismo del siglo XXI”.
Ante un enemigo formidable, como lo denunció desde 2002 el sacerdote jesuita Mikel de Viana, una vez más la UCAB ha estado a la vanguardia de las propuestas a favor del rescate de la democracia y la convivencia, del análisis de los indicadores más significativos que sirvan de base para la reconstrucción de las instituciones y para alcanzar la refundación de la república civil, la justicia sin impunidad, la recuperación económica y la reconciliación nacional.
No será posible sin devolverle la autonomía a los poderes de la administración pública, un aparato judicial imparcial y eficiente; si no hay transparencia ni rendición de cuentas, si no hay seguridad jurídica, ni oportunidades efectivas de formación y empleo para jóvenes y para profesionales experimentados, sin inversiones privadas que favorezcan el desarrollo productivo, el empuje industrial y la diversificación de la economía.
Y no será posible construir democracia sin un acuerdo nacional de todos los sectores vivos del país para lograr una reforma de la estructura de poder asentada en la Constitución de 1999 que propicia el presidencialismo exacerbado, el fuero privilegiado para los militares y que eliminó el Congreso bicameral.
No es fácil el camino. Pero vislumbramos una transición democrática con decencia y dignidad si el liderazgo toma conciencia y es consecuente con el reto de la unidad más allá de intereses partidistas o particulares.
Marta de la Vega es Investigadora en las áreas de filosofía política, estética, historia. Profesora en UCAB y USB.
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