Conversa | El periodismo debe desaprender formas inadecuadas de abordar cobertura de VBG
Desde el femicidio o feminicidio hasta la violencia económica, la mujer en Venezuela se ve sometida a cualquier tipo de vejámenes ante la mirada indolente y pasiva del Estado. En los medios de comunicación es necesario deshacerse de prejuicios y lugares comunes para obtener el adecuado enfoque en temas de violencia de género. Todavía falta por aprender, pero periodistas consideran que se están dando los pasos correctos para no revictimizar a las víctimas
No solo la mujer es víctima de violencia física que puede conllevar a un femicidio o feminicidio, también existe la violencia psicológica, obstétrica, política, económica, entre otras tantas.
Así se desprendió de la edición de La Conversa de la Alianza Rebelde Investiga (ARI) conformada por Runrun.es, TalCual y El Pitazo de este martes 26 de noviembre titulada Violencia contra la mujer y el rol del periodismo.
En el programa participaron María Laura Chang, impulsora de la Red de Periodistas de Venezuela; Sheyla Urdaneta, jefa de información de El Pitazo; Yakary Prado, coordinadora de Runrun.es; Gabriela Rojas, directora de TalCual y Ronna Rísquez, directora de ARI y Monitor de Víctimas.
Para Chang, la violencia de género ocurre de distintas formas, la más común suele ser a nivel doméstico y con frecuencia perpetrada por una pareja, familiar o conocido y cuyo desenlace fatal es el femicidio.
“Cuando a la mujer no se le permite obtener rangos de poder, eso es un tipo de violencia”, dijo la también coordinadora de la Red de Constructoras de Paz.
Rojas expuso que la estadística mundial indica que una de cada tres de mujeres ha sufrido algún tipo de violencia, pero a su juicio todas han estado expuestas a este flagelo.
La directora del TalCual aseguró que no hay un país en el mundo donde no se haya registrado un femicidio.
De acuerdo al Monitor Femicidio de Utopix, hasta septiembre de este año se contabilizaron en Venezuela más de 135 femicidios consumados, 165 en grado de frustración y 80 femicidios de venezolanas en el exterior.
Rísquez dijo que según Monitor de Víctimas los homicidios han descendido en Venezuela, pero los femicidios siguen ocurriendo con la misma frecuencia.
¿Femicidio o feminicidio?
Rísquez indicó que aunque la Organización de las Naciones Unidas (ONU) admite el uso de ambos términos indistintamente para referirse al asesinato de una mujer su condición de mujer, por su género.
La directora de ARI explicó que la legislación venezolana establece el término femicidio y hay un planteamiento de las ONG de usar feminicidio cuando el Estado muestra indiferencia ante los crímenes contra las mujeres y esto se traduce en impunidad.
“Estos términos han estado en construcción, pero usamos feminicidio cuando el Estado no hace nada”, ratificó Chang.
La impulsora de la Red de Periodistas de Venezuela expuso que regularmente el Estado hace caso omiso y no investiga ni establece políticas públicas para prevenir los feminicidios.
Rísquez aportó que en la mayoría de los casos no ha habido justicia ni respuesta del Estado.
Chang aseveró que la cifra de femicidios no desciende porque se ignora el problema: “Más hombres violentos asesinan a sus mujeres porque hay una tendencia, es una relación de dominación y control, estamos en una sociedad patriarcal que lo permite”.
Prado sostuvo que de acuerdo al Informe 2024 de la Red de Mujeres Constructoras de Paz, el 30% de las mujeres no saben identificar cuando están sufriendo algún tipo de violencia.
“Las mujeres conviven con la violencia de la que son objeto, el Estado no les garantiza la protección de sus vidas, tienen miedo a ser estigmatizadas y juzgadas, caen en conciencia de que han sufrido abusos luego que se les especifica”.
Prado aseveró que existe un uso extremo de la violencia de género. “Hemos visto que se usa el fuego como metodo de asesinato”.
Urdaneta indicó que cuando una mujer es asesinada suele ser revictimizada.
“Cuando un hombre mata a su pareja es porque es un asesino, no porque esta se buscó a otra pareja. Las condiciones en las que matan a mujeres son muy dolorosas, está el tema de la tortura previa”.
“Cuando agreden a un niño, la mayoría pregunta ¿Dónde estaba la mamá? las mujeres siempre van a tener una responsabilidad que no se le endosa al hombre”, agregó Rojas.
La violencia obstétrica nació en Venezuela
Prado también apuntó que el término de violencia obstétrica es común en Venezuela. “Y es algo que sucede en todos los estratos, desde un hospital hasta en una clínica”.
Chang apuntó que este tipo de violencia ocurre en sitios privados, públicos y en hasta en el hogar.
“El personal médico estaría ocupando ese rol opresor bajo la etiqueta de que lo estoy haciendo por tu bebé. Algunas mujeres se ven presionadas a elegir una cesárea, que un médico no le diga las consecuencias de una cesárea a una mujer también es violencia”.
Rísquez apuntó que la responsabilidad del abandono de un niño siempre recae sobre la mujer y nadie habla de la ausencia paterna.
Desaprender para aprender
Urdaneta sentenció que es perentorio para el periodista venezolano desaprender formas de abordar una cobertura para aprender técnicas de enfoque en cuanto a temas de violencia de género.
“El periodismo tenía una deuda con las mujeres víctimas de asesinatos y abusos, había una mirada desde el sensacionalismo. Estamos dando pasos importantes para no caer en lugares comunes, para no revictimizar. A veces ni las propias víctimas lo entienden”.
Según Chang, los medios tradicionales han menospreciado el tema de la violencia de género.
“Uno no nace aprendiendo de género, hay que formarse, hay que tener la humildad para reconocer que uno no es experto, hay mucho por hacer todavía”.
Rojas indicó que anteriormente a nadie le interesaba ahondar en la violencia de género.
“Para mi es un logro enorme y formar parte transversal de los temas a tratar es un avance gigante”.
La directora de TalCual dijo que previamente en las redacciones de los medios de comunicación había una resistencia a emplear el término violencia de género.
“Por cada ola de feminismo viene una tormenta como respuesta, es un ejercicio de poder”.
Chang manifestó que en el periodismo las palabras importan.
“Al no haber palabra es más fácil invisibilizar una problemática, impulsando narrativas que nos sigan discriminando como mujeres”.