Convite registró 372 muertes violentas de adultos mayores en 2020
La mayoría de los adultos mayores que perdieron la vida en estas circunstancias tenían entre 60 y 80 años de edad, 275 eran hombres y 97 mujeres
La organización no gubernamental Convite registró 372 muertes violentas de adultos mayores en 2020, un año agravado por las consecuencias de la pandemia de covid-19 y la omisión e inacción del Estado venezolano para proteger a esta parte de la población.
En el «Informe de Victimización: Vejez en riesgo«, Convite señaló que estas muertes, exceptuando algunas por causas accidentales y otras causas externas, tienen directa o indirectamente relación con las acciones u omisiones del Estado venezolano para garantizar protección a los adultos mayores.
La investigación, realizada entre enero y diciembre de 2020, detalló que de estas 372 personas, 178 adultos mayores murieron por causas imputables a la delincuencia; 69 por descuido, negligencia o impericia (violencia agravada, arrollamientos o accidentes provocados); 46 muertes tuvieron responsabilidad directa del Estado (inanición, tortura o tratos crueles, o falta de atención) y 79 muertes fueron por suicidios u otro tipo de accidentes.
La mayoría de los adultos mayores que perdieron la vida en estas circunstancias tenían entre 60 y 80 años de edad, 275 eran hombres y 97 mujeres. Los estados con las cifras más altas de fallecimientos violentos se encuentran el Área Metropolitana de Caracas (36), Lara (35), Anzoátegui (33) y Zulia (30).
El informe también destacó que solo en 22% (41 casos) de muertes violentas de personas mayores se identificaron, capturaron e imputaron a los victimarios. 35 responsables de estas muertes tenían alguna conexión, relación o parentesco directo con las víctimas.
«La gran mayoría de estos homicidios permanecen impunes. De esta forma, se profundiza la situación de violencia y se viola el derecho a la justicia para las familias de las víctimas», aseveró Convite.
Entre los victimarios fueron identificados los que tenían algún tipo de relación directa o parentesco con las víctimas. 26% de los responsables fueron vecinos, amigos y conocidos, 23% resultaron ser hijos de la víctima, 20% nietos, 17% hermanos, sobrinos y otros familiares, y 14% parejas o esposos.
En estos crímenes el móvil principal fue el robo, otros sucedieron en medio de discusiones y riñas y por venganza. Convite también afirmó que estas muertes violentas «ponen en evidencia el deterioro del tejido familiar, social y de convivencia que se exacerba en una situación de crisis económica aguda, de privaciones de todo tipo y ello se intensifica con el confinamiento o cuarentena a la que se ha visto sometidas las familias para evitar los contagios de covid-19».
Sobre esta enfermedad, durante el segundo semestre de 2020, Convite identificó 539 muertes de personas mayores por covid-19 o causas relacionadas. De esta cifra, 71 defunciones corresponden a adultos mayores que trabajaban en el sector salud.
“Estas muertes tienen directa o indirectamente, relación con las acciones u omisiones del Estado, como el no cumplimiento de sus obligaciones dirigidas al sistema de protección de la salud para prevenir las muertes tempranas de las personas mayores”, resaltó la organización.
Femicidios en alza
En Venezuela la población de adultos mayores, que según las cifras oficiales alcanza a unos cuatro millones, son los más desasistidos y doblemente vulnerables por la crisis económica, social y sanitaria destacó la ONG Convite.
La organización destacó dentro de su informe el monitoreo de femicidios realizado por el Centro de Justicia y Paz (Cepaz) en 2020, que señaló que entre el 14 de junio y el 13 de noviembre de 2020, el rango de edad de las víctimas de femicidio se incrementó de 70 a 80 años de edad. «Como indica este informe, se evidencia el despecio y la condición de vulnerabilidad de y hacia las personas mayores».
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Además, durante ese período 12% de las víctimas se encontraban en el rango de edad comprendido entre 64 y 80 años, y aproximadamente el 50% de las víctimas tenían o habían tenido alguna relación de convivencia con sus agresores, eran miembros de la misma familia y otros eran conocidos.
La mayoría de estos feminicidios ocurrieron en el ámbito privado, es decir en sus viviendas o en las de sus compañeros o parejas. Estas mujeres murieron por heridas producto de armas de fuego, armas blancas, estranguladas o por golpizas.