Costa Rica y la ONU acuerdan fortalecer la atención a los migrantes
El proyecto, aprobado por ONU y Costa Rica busca fortalecer las capacidades en comunidades de Los Chiles y Upala (norte), fronterizas con Nicaragua, para desarrollar respuestas articuladas y coordinadas entre instituciones y entes locales en materia de convivencia pacífica, atención de riesgos e inclusión, con énfasis en las barreras y desafíos específicos enfrentados por mujeres y jóvenes
El Gobierno de Costa Rica firmó un proyecto por 2 millones de dólares con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para fortalecer la convivencia pacífica, la integración comunitaria y la respuesta institucional en la atención de migrantes y refugiados en comunidades de la zona norte del país.
La ONU, el Ministerio de Seguridad Pública y el de Planificación y Política Económica de ese país informaron en un comunicado de prensa que la iniciativa será ejecutada a partir de enero de 2024 gracias a una contribución de 2 millones de dólares, por los próximos 24 meses.
El dinero es aportado por el Fondo para la Consolidación de la Paz de las Naciones Unidas, un instrumento financiero para sostener la paz en países afectados por conflictos o en situaciones de riesgo.
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«Hoy esta población aporta el 12 % del PIB en el país y representa el 12,4 % de la fuerza laboral de Costa Rica. La movilidad humana es un bien común, una oportunidad de abrazar las diversidades y construir un tejido social más fuerte, plural y solidario, donde los beneficios llegan a todas las comunidades de acogida y personas», comentó la coordinadora residente de
la ONU en Costa Rica, Allegra Baiocchi.
El proyecto busca fortalecer las capacidades en comunidades de Los Chiles y Upala (norte), fronterizas con Nicaragua, para desarrollar respuestas articuladas y coordinadas entre instituciones y entes locales en materia de convivencia pacífica, atención de riesgos e inclusión, con énfasis en las barreras y desafíos específicos enfrentados por mujeres y jóvenes.
Según las autoridades, se espera que las intervenciones impulsen las capacidades de las personas en movilidad humana, las comunidades anfitrionas y las instituciones nacionales y municipales para la gestión de conflictos, el diálogo democrático, la construcción de consensos y la creación de espacios y mecanismos para la cohesión social y la convivencia pacífica.
«La seguridad en las comunidades inicia por reconocer las diferencias, asegurar la inclusión y entender que todas las personas podemos convivir de manera pacífica, haciendo uso del diálogo y la búsqueda de oportunidades que nos beneficien a todos. Este programa es una oportunidad para hacer las comunidades fronterizas, espacios más seguros, donde la gente se sienta protegida y con oportunidades de llevar una vida plena y solidaria», afirmó el ministro de Seguridad, Mario Zamora, según EFE.