Crisis de financiamiento de la ONU: ¿cuáles son los países morosos?

Hasta el 3 de octubre, Naciones Unidas recibió los aportes completos de 139 Estados miembros, pero sin los pagos completos de países claves como Estados Unidos y China, que suman más del 40% en aportes a la ONU. Venezuela mantiene suspendido su derecho al voto en la asamblea general del organismo por impago. Suma la mayor deuda: poco más de 115 millones de dólares fue el pago mínimo impuesto este año para poder retirar el veto
La crisis de financiamiento de la Organización de Naciones Unidas tuvo un nuevo punto de inflexión el 9 de octubre, cuando se anunció la reducción de las misiones de paz y la reestructuración de sus objetivos humanitarios. La mora e impago de sus Estados miembros, especialmente Estados Unidos y China, ha impactado en el cumplimiento de los objetivos de la ONU para este año.
Ante el inicio de la 80 asamblea general de la ONU, su secretario general, António Guterres, envió un mensaje directo a los 193 Estados que la componen: “Deben cumplir con sus obligaciones” de contribuir con el organismo que, en caso contrario, deberá “hacer recortes drásticos (…) con terribles consecuencias en la vida de las personas”.
El pasado 16 de junio, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) informó que sólo se había recibido 13% (5.600 millones de dólares) de los $44.000 millones que solicitó a finales de 2024 para atender las crisis globales de 2025.
Esto obligó a reestructurar las prioridades de asistencia para atender a 118 millones de personas, de las 180 millones que tenían previstas para este año. «Las matemáticas son crueles, y las consecuencias descorazonadoras. Demasiada gente no recibirá el apoyo que necesita, pero salvaremos todas las vidas que podamos con los recursos que se nos brinden», aseguró entonces Tom Fletcher, coordinador humanitario de la ONU.
Para diciembre de 2024, la mayor partida de ayuda estaba destinada a Siria, pues se necesitaban 4.200 millones de dólares para atender la crisis. En la lista seguían Sudán, Ucrania, la República Democrática del Congo (RDC), Yemen, Afganistán, Etiopía, Sudán del Sur, Somalia, Venezuela y Birmania.
Ahora en octubre, el secretario general de la ONU ordenó reducir un 15% el presupuesto de las misiones de paz para evitar el colapso financiero en el ciclo presupuestario 2025-2026. Con los recortes, Naciones Unidas prevé repatriar 25% de sus tropas (entre 13.000 y 14.000 efectivos), policías y su equipamiento, además de la reducción de personal civil.
“Esta reducción tiene implicaciones directas en la implementación de mandatos del Consejo de Seguridad, retrasos en reembolsos a países que aportan tropas y equipamiento, y una drástica disminución de la huella de la ONU en los países anfitriones”, reconoce el organismo.
Las deudas con la ONU
Hasta el 3 de octubre, Naciones Unidas recibió los aportes completos de 139 Estados miembros. En su notificación antes de la Asamblea General, António Guterres indicó que Afganistán, Bolivia, Santo Tomé y Príncipe, al igual que Venezuela, están sujetos al artículo 19 de la Carta de Naciones Unidas. Es decir, perdieron su derecho al voto en la Asamblea General al superar la mora en el pago de contribuciones del monto total de los dos años anteriores.
Venezuela suma la mayor deuda de este grupo: $115.615.828 fue el pago mínimo impuesto este año para poder retirar el veto.
Países | Monto adeudado | Estatus (Freedom House 2025) | Denuncias de violaciones de DDHH |
Bolivia | $762.957 | Parcialmente libre | HRW: persecución judicial y violencia política |
San Tomé y Príncipe* | $785.653 | Libre | FH: Pobreza y corrupción debilitan algunas instituciones. |
Afganistán | $448.288 | No Libre | HRW: Derechos civiles y políticos suspendidos. Represión a minorías (mujeres y grupos religiosos). Crisis humanitaria |
Venezuela | $115.615.828 | No Libre | HRW: persecución y detención política. Posibles crímenes de lesa humanidad. Crisis humanitaria |
En el caso de San Tomé y Príncipe*, dijo Calixto Ávila, representante de Provea en Europa, le han permitido votar porque solicitaron una excepción mostrando que realmente no están en capacidad de pagar.
Con este monto, señaló el abogado, le resulta “risible cuando el Gobierno de Venezuela alude a lo que cuesta la Misión de Determinación de Hechos durante los debates en el Consejo de Derechos Humanos”.
Pone como ejemplo que la Misión presupuestó 2,9 millones de dólares para trabajar en su mandato actual (octubre 2024 – octubre 2026). “Si tomamos en cuenta que Venezuela debe más de 115 millones, pues resulta absurdo que un Estado alegue la falta de presupuesto cuando opera la Misión cuando ellos mismos son uno de los grandes deudores”.
Al financiamiento también se suman las maniobras políticas. Desde que asumió su segundo mandato, el presidente estadounidense Donald Trump ordenó detener la ayuda humanitaria, lo que incluyó congelar las contribuciones a Naciones Unidas, y ha criticado la pertinencia de este organismo multilateral para resolver conflictos. Los pagos de Estados Unidos representan más del 26% del total, según la ONU.
Recientemente, EEUU acordó pagar 682 millones de dólares de sus cuotas, pero adeuda $1.580 millones por los atrasos.
“No se trata solo de quitarle los recursos a Naciones Unidas, sino de descalificarlos al tiempo que realizan acciones unilaterales que violan el derecho internacional construido en particular después de la Segunda Guerra Mundial para garantizar la paz y la seguridad de la humanidad”, reflexionó Ávila en este aspecto.
Mientras que China, que aporta cerca del 24% del presupuesto, realiza sus pagos entre noviembre y diciembre, lo que afecta el flujo de caja que pueda disponer la ONU. “Otros Estados miembros también han efectuado pagos parciales o tardíos, agravando la situación financiera”, señaló el organismo.
Venezuela, ayuda insuficiente
Lexys Rendón, socióloga y directora del Laboratorio de Paz, insistió en que estos recortes financieros en temas humanitarios “afectan la estructura y el personal a lo largo del mundo, pero, sobre todo, y más grave tiene efectos devastadores cuando dejan de existir o se disminuyen sobre millones de personas víctimas y en condiciones de extrema vulnerabilidad y necesidad de protección en el mundo”.
Señaló que Venezuela “con su crisis en materia humanitaria, política y de derechos humanos es uno de ellos. Es por eso, la urgencia de priorizar los mecanismos fundamentales para la protección, de la garantía de verdad, justicia, y dignidad”.
Calixto Ávila puntualizó que “la falta de financiamiento llegó para quedarse, por eso las Naciones Unidas han iniciado un proceso de reestructuración que se ajuste al presupuesto existente actualmente. Eso significa reducción del personal, gente con mucha experiencia, pero también programas necesarios como el tema de refugiados o del mantenimiento de la paz”.
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Esto es parte del doble discurso de distintos gobiernos, resaltó Ávila, como el Gobierno de Estados Unidos “que sí tiene recursos suficientes y los dedica a temas como el mantenimiento de un aparato de guerra, pero que no dedica recursos a las Naciones Unidas que fue creada después de la Segunda Guerra Mundial, justamente para mantener la paz, la seguridad y los derechos humanos de la humanidad”.
Rendón afirmó que la ONU “está en una encrucijada doble, financiera y de idoneidad. Requiere asumir los retos de ser pertinente y eficaz en el contexto mundial convulso y diferente a su creación, garantizando mejoras, incidencia real, cumplimiento y cambios positivos en la realidad. Porque eso valida que los países destinen esa inmensa cantidad de recursos que demanda para su funcionamiento”.
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido fue escrito tomando en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.