¿Cuánto más durará el régimen de Maduro?, por Héctor Pérez Marcano
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El politólogo John Magdaleno afirma que si la oposición no elabora una estrategia acertada Maduro llegará tranquilo al 2024. Con todo respeto a su calidad de politólogo me permito disentir, pues yo creo, al contrario, que el régimen de Maduro es insostenible y le queda poco tiempo en el poder. Es un régimen que cada día se parece más a un pozo feral y, por tanto, enemigo de toda vida humana.
No sé si Magdaleno habrá incluido en su análisis la cada vez más complicada situación internacional que ya roza el clima de la Guerra Fría; agudizado ahora por la fuerte declaración de Biden en la que califica a Putin de asesino y anuncia fuertes represalias contra Rusia por haberse entrometido en el proceso electoral que le dio la victoria a Trump.
En efecto, el desarrollo de la economía china forzará, quiéralo o no la dirección política del Partido Comunista chino, a ocupar espacios en regiones como América Latina en las que EE. UU. ha retrocedido y perdido influencia.
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Chávez, utilizando la renta petrolera como arma política, le complicó la vida a Estados Unidos que ha perdido influencia, sobre todo en la OEA y la ONU. Afortunadamente, Biden tiene conocimientos y experiencia suficiente para manejar una difícil situación como la actual.
No se puede establecer con claridad quiénes integran el bloque democrático tan necesario para darle un rumbo cierto a las alianzas requeridas para preservar la liberad y la democracia. China y Rusia mantienen una política agresiva —tanto en lo político y lo económico— y a EE. UU. no le conviene que estos dos factores coincidan en su objetivo de sustitución.
Al mismo tiempo, la mayoría de los países latinoamericanos están ávidos de recibir recursos que los ayuden a salir del marasmo económico en que los ha asumido el abandono de EE. UU.
En ese panorama latinoamericano estorban Venezuela, Cuba, Nicaragua y quizá El Salvador. Luego la política de EE. UU. debe estar impregnada de aliento democrático y, por tanto, tiene que tender a eliminar los obstáculos que puedan estorbarla.
Maduro está pretendiendo empatarse en una apertura económica que amenaza con rematar a precio de gallina flaca lo que queda de país para atraer inversiones para un viraje que ya pretendió Raúl Castro y que no ha tenido éxito.
Tampoco ha tenido éxito Argentina, que anda en los mismos esfuerzos debido al peso muerto que significa la desconfianza que anula cualquier oferta.
Este intento de Maduro está generando fuertes contradicciones en el régimen y ya se escuchan voces autorizadas que lo cuestionan, como por ejemplo el caso de Rodrigo Cabezas, exministro de Finanzas de Chávez, quien ya ha expresado públicamente su disidencia.
Los países de América Latina están ofreciendo toda clase de condiciones favorables para atraer las inversiones de los fondos chinos y rusos prestos a invertir. En esa oferta está pretendiendo empatarse Maduro reconociendo que solo no podrá recuperar la economía que ha llegado a tal grado de postración que requiere de recursos que por su dimensión es capaz de espantar a los más avezados factores internacionales.
No sé cuanta importancia le atribuye Magdaleno a este factor. La acción de EE. UU. para recuperar los espacios perdidos en América Latina le exigirían un clima político democrático en la región. Luego, Biden tendrá que favorecer ese clima. Afortunadamente es el Partido Demócrata quien controla el Ejecutivo y el Legislativo en EE. UU., lo cual facilitará el viraje de la política de este país.
La mezcla de estos factores políticos y económicos creará un clima favorable a la búsqueda de una solución política negociada en la cual Maduro sería un obstáculo.
Si la oposición logra superar sus contradicciones y elaborar —como reclama Magdaleno— una estrategia acertada, podríamos volver a la senda que en el 2015 nos dio la soberbia victoria parlamentaria.
Obviamente hay que borrar la abstención de nuestra acción política y, muy al contrario, restituir la participación resuelta en las coyunturas que se presentarán. Hay que trabajar duro para crear el clima político que aísle a Maduro y propicie una salida pacífica amplia y negociada que nos permita regresar a Venezuela a un clima democrático.
Aquellos que radicalmente equivocados estorban la unidad deben convencerse de que EE. UU. preferirá la solución negociada a la militar. Por tanto, deben sumarse al esfuerzo unitario y evitar que Maduro llegue tranquilo al 2024 como pronostica Magdaleno.
Héctor Pérez Marcano fue dirigente político y diputado del Congreso de la República.
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