Cuarentena: Tiempo para reflexionar, por Gioconda Barajas
¡Hola! Te escribo a ti mamita y también a ustedes papitos, que procrearon a un niño o niña, me dirijo con cariño y desde el corazón pues yo también soy madre (de 4).
Igualmente quiero dirigirme a través de este artículo, con quienes están en espera de un bebé o quieren tenerlos algún día, pero especialmente con quienes ya los tienen.
Tener un hijo, indistintamente de las circunstancias en las que fueron concebidos, es un milagro, un acto de amor, es una experiencia sublime y a partir de allí… la responsabilidad más grande, e importante de sus vidas.
Seguramente, te gustaría tener una empresa grande, productiva y donde tú seas el jefe, el dueño. Probablemente te haría inmensamente feliz no trabajar para otros, y tomar todas las decisiones para que tu empresa sea la mejor del mundo.
Bueno, nuestros hijos son nuestra mayor empresa, será exitosa según las decisiones que tomes y dependiendo de cada una de ellas fracasarán o saldrán airosos, no tendrán una segunda oportunidad y al igual que las empresas, tiene una fecha de término.
Nuestros hijos son el reflejo de nosotros y es muy importante educarlos con ejemplo, no con palabras.
Ellos son un libro en blanco, en cual nosotros dibujamos cada uno de sus capítulos, hasta que abren sus alas y vuelan a sus propias vidas con el fin de tus acciones y el inicio de las de ellos mismos, pero siempre obtendrás el resultado, según las herramientas que les hayas facilitado mientras crecían. Ese libro en blanco, tendrá los poemas que escribiste, los dibujos que hiciste, los colores que utilizaste, y en tus manos estará el final de ese libro y el inicio del de ellos.
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Tome la decisión de escribir al respecto, porque amo a mis hijos con todas las fuerzas de mi alma, y procuro darle buenos ejemplos e inculcarle valores… VALORES que al parecer se han perdido en el tiempo. Procuro darle herramientas para que desarrollen sus habilidades y se fortalezcan sus cualidades para encarar la vida. Procuro darles amor, con contacto, oyéndolos y guiándolos. Procuro ser cada día buena y mejor persona para que ellos también lo sean.
¡Claro! no soy perfecta, y cuando tienes 18-19 años y tienes 2 hijos, aún no has podido desarrollar bien tus habilidades para afianzar las de otros. Sin embargo, tengo una extraordinaria madre que afianzada en sus proyectos de vida, educaba con grandiosos ejemplos, de lucha, constancia, respeto, responsabilidad, empatía, humildad, comunicación, perseverancia, esfuerzo, equidad, paz y amor.
Lo que quiero transmitir a través de este artículo, es que cuando criamos a nuestros hijos, somos responsables del éxito o fracaso de ellos. Que de ese rol como madre o padre, de la crianza de tu hijo, depende la formación de un ciudadano que se integrará en una sociedad, que incluso impactará el rumbo de naciones enteras, así de importante es lo que hagas como padre y como madre en el destino colectivo.
Pero, con el pasar de los años hemos ido relajando los valores y principios que guiaban nuestras familias y nos ocupamos de cosas efímeras que no nos dejan nada positivo y descuidamos las verdaderamente importantes, como la de consolidar ese núcleo tan vital para una sociedad, como lo es nuestra propia familia.
¿A dónde quiero llegar?, ¡sencillo!
Quiero que seamos responsables de nuestras acciones ante la sociedad, porque nos quejamos muchas veces de que las cosas no funcionan, de la viveza criolla y de género, de los abusos, de la mala atención, de los xenofóbicos, de los gobernantes, de los corruptos, de los drogadictos, del maltrato, de los especuladores, delincuentes, y pare usted de contar la cantidad de cosas que notamos cada día que no funcionan; y que no solo nos quejamos, sino que también le transmitimos la responsabilidad a otros.
Y no es así, es responsabilidad de todos nosotros. Si un hombre maltrata a una mujer o viceversa, si una persona abusa de otra o de otro ser vivo, si una persona se aprovecha de otra, se burla, destruye, hurta, roba, estafa o mata es porque unos padres fracasaron.
Es por eso que me dirijo especialmente a ti mamita y/o papito que estas criando el futuro, ahora que tienes todas las alternativas, posibilidades y decisiones en las manos. Te escribo porque quizás estas criando a la esposa de mi hijo o al esposo de mi hija, y me encantaría que nuestros hijos sean felices, plenos, buenas personas y buenos ciudadanos, exitosos y pasen por la vida aportando, sumando, haciendo mejores sociedades, mejores países, mejores naciones.
Yo por mi parte, estoy procurando que el día de mañana te sientas orgulloso/a de que uno de mis hijos también sea parte de tu familia. Hoy estoy procurando formar a personas amorosas, respetuosas, empáticos, honestos y cada día me esfuerzo para no fracasar.
No continuemos repartiendo responsabilidades, que si hoy día un virus en una ciudad, se convirtió en pandemia, no cabe duda que madres y padres esforzándonos para modelar buenas personas dará como resultado un mejor mundo. Hagamos lo propio por nuestra Venezuela.
Secretaria Política
Unidad Visión Venezuela
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