Cunaguaros de papel, por Teodoro Petkoff
Leemos textos de algunos así llamados “analistas políticos” y escuchamos por radio o televisión a algunos tragabalas que ahora la tienen cogida con la CD por su supuesta “blandenguería” y consideran prácticamente cancelada la Mesa de Negociación y Acuerdos. De los “moderados” se habla con una mezcla de condescendencia y desprecio. Muchos de estos opinadores terminan sugiriendo que llegó la hora de dejar de “hablar paja” y que hay que adelantar “nuevos métodos de lucha” y que no se puede seguir la pelea con “20 en conducta”.
Curiosamente, sin embargo, cuando se cree que van a proponer los “nuevos métodos” siempre terminan pidiéndole a los militares que hagan lo que ellos teorizan. Y como éstos no lo hacen, los insultan procazmente.
Otros, la mayor parte anónimamente, utilizan Internet para lanzar improperios a más y mejor sobre los “moderados” y siempre terminan “enérgicamente” sus comunicados con un “basta ya” que, sin embargo, y como es visible, nunca es acompañado de los actos que uno supondría implícitos en lenguaje tan arrecho.
Pues bien, a esta gente que tiene tan buen pecho pero manda a otros a cantar o a la que tira la piedra y quiere que no se le vea la mano, queremos decirle algo. Hubo una época, en los 60 del siglo pasado, cuando algunos pensaron (equivocadamente, demás está decirlo) que la cosa era a plomo, y entonces libraron la lucha armada durante ocho años (y algunos de ellos más tiempo aún). Asumieron las consecuencias prácticas de su criterio político. No le pidieron a nadie que cantara por ellos.
Eso ya es historia. Pero viene a cuento.
Porque quienes consideran que los tipos de la CD y que los despreciables “moderados” son unos comeflor o, peor aún, unos cobardes, porque, por ejemplo, no quieren marchar hacia sitios donde se encuentran brigadas chavistas, pues en lugar de acompañar las marchas de Chuao al distribuidor de Altamira, llévenselas para la Avenida Sucre o el 23 de Enero. Pónganse a la cabeza de esas masas que consideran poco menos que traicionadas por la CD. ¿No dicen que el liderazgo político está obsoleto y periclitado?
Pues, manos a la obra. En lugar de trancar el distribuidor de Altamira o la autopista de Prados del Este, hagan –y dirijan- los trancazos en la Avenida Morán o en Antímano.
A más de uno lo hemos oído o leído proponiendo la marcha sobre Miraflores. ¿Qué esperan?
¿Que la dirija la Coordinadora?
¿Qué otros pongan el pecho?
¡Llegó la hora del relevo!
Agarren la bandera nacional, aparten a esos burócratas de los partidos y ¡pa’ lante!
Podrían, para calentar el cuerpo y antes de embestir el palacio presidencial, reconquistar La Campiña.
Quizás los señores generales de Altamira quieran acompañarlos y darles luces acerca del combate en localidades.
Pero, si no lo van a hacer entonces dejen ya de hablar pendejadas. Por lo que a nosotros respecta, seguiremos aquí, con nuestro periodiquito, masticandito flores.