Daniel Ortega pide tiempo para reflexionar propuesta de democratización
El diálogo entre el Gobierno y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia fue suspendido poco después de haberse iniciado a mediados de mayo y tras la propuesta de los sectores civiles de adelantar las elecciones como salida a la crisis, lo que el Gobierno tildó de “golpe de Estado”
El presidente nicaragüense Daniel Ortega pidió a la Conferencia Episcopal de Nicaragua tiempo para reflexionar sobre una propuesta de “democratización” presentada en el diálogo nacional, que se encuentra suspendido, con el fin de buscar una salida a la crisis que atraviesa el país centroamericano.
El mandatario respondió así al pleno de los obispos durante un encuentro privado celebrado en la Casa de los Pueblos, en el antiguo centro de Managua, donde entregaron a Ortega la agenda consensuada en la mesa plenaria del diálogo sobre la democratización del país.
“Le hemos entregado la propuesta que recoge los sentimientos de muchos sectores de la sociedad nicaragüense y expresa el anhelo de la inmensa mayoría de la población. Esperamos su respuesta por escrita lo más pronto posible”, dijo el presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Leopoldo Brenes, en una declaración a la prensa.
Ortega y los obispos de la Iglesia católica se reunieron el jueves 7 de junio de forma privada en un encuentro que, según Brenes, transcurrió en un ambiente de “serenidad, franqueza y sinceridad” y en el que le expresaron al mandatario “el dolor y la angustia” del pueblo ante la violencia de las últimas semanas que se ha cobrado la vida de más de un centenar de personas.
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El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, dijo a los periodistas que Ortega pidió “un par de días de reflexión” antes de contestar esa propuesta de democratización que ha emanado del diálogo nacional.
“Nos pidió un tiempo de reflexión para darnos una respuesta, que le pedimos fuera por escrito, la cual se valorará luego en el diálogo”, explicó Báez en Twitter.
Una vez que el presidente Ortega les responda formalmente, la Iglesia convocará a la mesa plenaria del diálogo nacional para valorar la respuesta y, por tanto, “la factibilidad de continuar el mismo diálogo nacional”.
El diálogo entre el Gobierno y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia -que aglutina al sector privado, sociedad civil, estudiantes y campesinos- fue suspendido poco después de haberse iniciado a mediados de mayo y tras la propuesta de los sectores civiles de adelantar las elecciones como salida a la crisis, lo que el Gobierno tildó de “golpe de Estado”.
La Iglesia Católica, mediadora y testigo, propuso en ese foro una reforma constitucional y el adelanto de las elecciones generales.
En la propuesta, de 40 puntos, también se exige como salida a la actual crisis sociopolítica que se elijan nuevos magistrados del Consejo Supremo Electoral “por magistrados honestos de reconocida experiencia, credibilidad, idoneidad y honestidad que aseguren que el voto de la ciudadanía va a ser debidamente contado y respetado”.
La posición de la delegación del Gobierno es que su contraparte, en este caso los dialogantes del sector privado, sociedad civil, campesinos y estudiantes, desconocen no solo al Ejecutivo, sino también a la actual Asamblea Nacional (Parlamento).
La vicepresidenta Rosario Murillo afirmó que acudirán “con la disposición plena, el compromiso pleno”, de escuchar a “todos los nicaragüenses para establecer las rutas de reconciliación, paz y seguridad”.
Nicaragua cumple hoy 51 días de una crisis sociopolítica, la más sangrienta que vive el país centroamericano desde los años 80, que ha dejado al menos 127 muertos y más de un millar de heridos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Las protestas contra Ortega y contra su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril por unas fallidas reformas a la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción.