De Barbados a Trump, por Ángel Monagas
X e Instagram: @AngelMonagas
Una de las cosas que yo mejoraría del discurso de María Corina, es la despersonalización del mensaje. Ella no es la víctima. Es el venezolano de a pie, y perdonen la franqueza, lo cual a muchos puede parecer de mal gusto. Les recuerdo que yo la apoyé.
Varios autores de ciencias políticas, han escrito algo que es muy cierto: «Los problemas de la democracia, se resuelven con más democracia».
Los liderazgos políticos continuamente se enfrentan a realidades, ante las cuáles es difícil abordar en lo conceptual, en lo que se declara. El propio pueblo, es dolorosamente el mismo responsable de su suerte y lejos de criticarlos, hay que entenderlos. Estamos ante un problema racional, donde el común opina de manera emocional.
Las sanciones
En un mundo «multipolar» como el actual, las sanciones no son efectivas para condicionar respuestas de un sistema, de un gobierno, contrario a la democracia y al respeto de los derechos humanos fundamentales.
Cuba incluso las enfrentó cuando era prácticamente un bloque el que decidía y no han podido, teóricamente, doblegarlo. 66 años de un sistema protegido por la extinta Unión Soviética y luego protegido por gobiernos como el de Venezuela.
Es fácil acusar a Biden sin revisar el perfil sociológico del ciudadano estadounidense.
Algunos «influencers» que apoyaron a Chávez desde el exterior, aconsejan al pueblo sin evaluar la realidad de un país gobernado por el chavismo. Ser valientes desde el exterior es muy fácil.
La invasión armada es una quimera, que un burdo ensayo que llevaba otros propósitos como la protagonizada por Leopoldo López y Guaidó, se realizó un 30 de abril del 2019.
Todo un teatro para facilitar salidas y objetivos completamente ajenos a la libertad de Venezuela.
Si hay soluciones y acciones que se pueden realizar. Lo que no acompañó, a pesar de mi voto por María Corina, es seguir diciéndole a la gente lo que no es verdad. Al final esa falsa esperanza se revierte y no volvemos al punto inicial, sino que retrocedemos.
En el pasado reciente salimos a la calle, ¿se logró algo?
Son 25 años. Los escenarios de Cuba y Nicaragua impulsan a un hecho, a una dialéctica que en nuestra nación no se ha realizado.
La solución sigue estando en manos de quien es más sufre.
Nuevamente me preguntó: ¿Por qué no hay protestas como sucedió en Perú, en la Alemania comunista, en la Polonia de Walesa por ejemplo?
¿Qué hubiera sucedido si en 1998 a Chávez, basados en la constitución vigente (lo cual era absolutamente legal), no lo hubiesen habilitado para ser candidato?
Los políticos, con ambiciones de poder, con liderazgo, están imperativamente obligados a dar luces, esperanzas…
Observó que los llamados a la calle no se producen porque es inmoral hacerlo sin incluir a los propios (hijos y familiares que desde el exterior están protegidos)
De retruque
Los 8 millones que están fuera, se multiplicaran. A cuánto no sé… Porque los jóvenes que querían irse, ante esta coyuntura reinician el proceso mental de pensarlo.
La ruta electoral es una opción. La negociación es otra. Es urgente hacer un enfoque retrospectivo: Dónde hemos estado y a dónde vamos.
Negociar con el «malo de la película» siempre es odioso. En Chile cuanto no decían de Frei y de Patricio Aylwin. Las condiciones de la oposición fueron terribles e igual se ganó el referéndum.
Lo mismo sucedió en España con Adolfo Suarez.
Problema migratorio
A pesar de los esfuerzos de la administración de Biden y las promesas de Trump, esta será una consecuencia directa, sobre todo porque muchos de los que llegan siguen sin entender y lejos de adaptarse a la nación que los recibe, pretenden lo contrario.
Un país donde las concepciones sobre el trabajo manual, son radicalmente diferentes a nuestra nación.
Se cumple el karma chavista: Dicen lo que van a hacer y lo cumplen
Fui uno de los que pensaba distinto. Nos negamos.
Los hijos de Chávez no son como su padre, que era el único que los controlaba. Como muchos quedé sorprendido con el desacato a la Constitución del TSJ
De Barbados a Trump.
La dinámica política en el partido Republicano, cuyo futuro volverá a caer en manos de Trump, precipitó la reacción cubana como los reales interlocutores, quizá hasta «manejadores» del tema Venezuela.
Los cubanos han decidido «atrincherars», en espera del resultado de noviembre de 2024.
Ellos saben, que de ganar Trump como todo lo indica, los acuerdos sobre Venezuela serán totalmente desconocidos.
El desespero de los castristas es extremo. Reclaman la ejecución del viejo tratado que pactaron con Obama, cuando este fue presidente.
Dudan de los planes futuros de Trump. Lo sucedido el 30 de Abril del 2019 supuestamente bajo su patrocinio, les atemoriza. Yo dudo que la «primavera» regrese, aún con un presidente distinto a Biden. El invierno obliga a buscar chaquetas.
*Lea también: Eufemismos y teorías de cambio, por Rafael Uzcátegui
Qué debiera hacer María Corina y la oposición.
Recuperar la iniciativa. Desarrollar un plan para romper la unidad chavista, o exteriorizar sus conflictos internos.
Presentar soluciones concretas que muestren lo urgente del cambio de modelo. Haciendo lo mismo, no se obtendrán resultados distintos.
La triste realidad es que el conflicto venezolano poco interesa dentro de Estados Unidos y Europa. En consecuencia hay que construir un boicot con inclusión de las víctimas del castrismo en Cuba y de Ortega en Nicaragua.
Es menester internacionalizar el tema.
Repetir errores implica que el futuro de María Corina será la cárcel o el exilio y eso sería fatal para la causa.
La negociación debe ser la norma y la abstención, a toda costa debe evitarse.
El pueblo venezolano prefiere avanzar sobre el enemigo, aunque este mantenga su ventaja, a rendirse obviando el proceso que se avecina.
Morir votando es preferible, a botar nuestro esfuerzo para seguir en la batalla.
Mil veces nos caemos y mil veces nos levantamos.
Como decía un filósofo «Hay una fuerza motriz más poderosa, que la energía atómica, y es nuestra voluntad».
Se me acabó el papel…