De Cicerón, al nuevo liderazgo venezolano, por Omar Ávila
Twitter e Instagram: @OmarAvilaVzla
Quien escribe este artículo tiene años expresando su opinión política en los medios de comunicación en Venezuela, como miembro de la organización política Unidad Visión Venezuela. Hoy quiero darle un matiz diferente a este artículo, consultando a Marco Tulio Cicerón, antiguo filósofo y estadista romano. Cicerón vivió durante la República Romana tardía, un periodo marcado por la agitación política, el malestar social y la inestabilidad económica. Fue un renombrado orador, abogado y filósofo que creía que la clave de una sociedad sana era el imperio de la ley porque proporcionaba un marco para resolver conflictos, proteger los derechos individuales y garantizar el bien común.
A continuación, dejo que Cicerón continúe con el artículo, respondiendo a la siguiente pregunta: el nuevo liderazgo en Venezuela tiene un papel crucial que desempeñar para enfrentar la crisis política, social y económica que aflige al país: ¿Qué consejos puedes darnos?
Cicerón: Lo primero que deben hacer es centrarse en el estado de derecho, porque es la base de una sociedad justa y estable. Las leyes y las reglas del juego deben ser claras, coherentes y aplicables para todos, independientemente de su condición social o preferencia política. En el caso de Venezuela, considero que el régimen de Nicolás Maduro ha erosionado el Estado de derecho al actuar autoritariamente, promover la corrupción y pasar al olvido las normas constitucionales.
Por lo tanto, un nuevo liderazgo debe centrarse en restaurar el Estado de derecho, abogar por la independencia de poderes, proteger los derechos humanos y promover el bien común para todos los venezolanos dentro y fuera de su territorio.
Segundo, deben practicar la virtud cívica: hago hincapié en la importancia de la virtud cívica y el bien común porque creo que los individuos tienen la responsabilidad de contribuir al bienestar de la sociedad con sus acciones y sus palabras. Esto significa que deben ser honestos, respetuosos y conscientes de las necesidades de los demás. En el caso de Venezuela, la virtud cívica se ha visto socavada por la propaganda, la polarización y la represión del gobierno. Por tanto, los nuevos líderes deben practicar la virtud cívica, hablar con la verdad, escuchar a los demás y trabajar por el bien común.
Tercero, unirse y colaborar: en Venezuela, tanto los líderes como los individuos tienen la responsabilidad de trabajar juntos para alcanzar objetivos comunes. La colaboración y la unidad son esenciales para el éxito de cualquier plan. En el caso de Venezuela, la oposición está fragmentada y dividida en distintas facciones que persiguen sus propios objetivos. Por tanto, un nuevo liderazgo debe ser capaz de unirse y colaborar, dejar a un lado las diferencias y trabajar por una visión común sobre el futuro de Venezuela.
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Cuarto, buscar medios pacíficos: en mi época el uso de la fuerza era el último recurso, se agotaban todos los medios pacíficos siempre que era posible. La violencia sólo engendra más violencia y sólo a través del diálogo y la negociación se puede lograr una paz duradera. Venezuela, debe solicitar apoyo internacional estratégico para su causa y tener una agenda clara que defienda los intereses nacionales.
Quinto: Mantenerse fiel a los principios incluso ante la adversidad. La integridad y el honor son más importantes que el beneficio personal o el poder político. En el caso de Venezuela, el nuevo liderazgo debe ser capaz de mantenerse fiel a sus principios, defender la democracia, los derechos humanos y el estado de derecho incluso frente a la represión y la persecución.
He notado que algunos opositores al gobierno están en libertad, mientras otros continúan presos y llevan sobre sus hombros el peso de los errores cometidos por quienes lideraron la oposición.
Después de escuchar a Cicerón puedo ratificar que el nuevo liderazgo en Venezuela enfrenta una tarea de enormes proporciones, la cual podemos asumir con claridad, valentía y sabiduría, si comprendemos que la gente es primero como es uno de nuestros slogans y que practicamos a diario con hechos y no palabras a través de nuestro programa Visión Solidaria. Para Cicerón, debemos centrarnos en el estado de derecho, practicar la virtud cívica, unirnos, colaborar y acordar por consenso el uso de medios pacíficos, para mantenernos fieles a nuestros principios, restaurar la democracia y la estabilidad en Venezuela.
Nuestro trabajo en Unidad Visión Venezuela es educar e informar, no dividir y manipular. Trabajamos en el empoderamiento de un nuevo liderazgo y otras visiones que ofrecer al país. Además de ratificar nuestro compromiso con estas premisas.
Omar Ávila es secretario general nacional de Unidad Visión Venezuela.
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