De cómo el «efecto Guaidó» reactivó a la oposición en las calles
En menos de un mes al diputado Juan Guaidó le tocó estar al frente de una cadena de eventos que podrían ser los más determinantes en la vida política del país en los últimos años
Antes del 5 de enero de 2019, la participación del diputado Juan Guaidó en la primera plana de la tormentosa política nacional había sido más que tímida, casi silenciosa. Su designación como presidente de la Asamblea Nacional (AN) respondía a un acuerdo de gobernabilidad al que llegaron los partidos en diciembre de 2015, en el cual se estableció que durante el cuarto año de período, la presidencia le correspondería a un representante de Voluntad Popular.
Tres figuras con mayor cancha política lo precedieron. Un desacato que entrampó a los poderes públicos, agresiones, exilios, el líder de su partido preso e inhabilitado y un parlamento acosado por la impuesta Asamblea Nacional Constituyente (ANC) fueron parte del terreno en el que llegó este cuarto año. Y así le tocó aterrizar a Guaidó.
El guaireño de 35 años asumió como presidente de la nueva directiva de la AN, cinco días antes de la correspondiente juramentación de Nicolás Maduro como presidente de la República para el período 2019-2025.
Al día siguiente, el 11 de enero de 2019, Guaidó desempolvó la figura del cabildo abierto como un nuevo intento de encontrarse con la gente, que la calle se expresara y en un controvertido anunció hizo un llamado a la Fuerza Armada, a la ciudadanía y a la comunidad internacional para que lo apoyaran para así asumir la responsabilidad que tiene la AN de actuar ante lo que declararon la usurpación de Maduro como presidente. Por tanto, amparado en el artículo 233 de la Constitución dijo que se debían convocar nuevas elecciones nacionales.
De allí en adelante los cabildos abiertos se multiplicaron y la ciudadanía retomó las calles para manifestarse, una fuerza que busca medirse en la convocatoria prevista para conmemorar el 23 de enero, luego de un letargo que dejó el saldo lamentable de muertes y agresiones durante las protestas de 2017.
Ya es posible constatar que Guaidó tiene tres cualidades políticas: sabe escuchar, lleva a un denominador común diversas demandas y, en un país confrontado, usa un lenguaje no confrontador. Ojalá siga así.
— Fernando Mires (@FernandoMiresOl) January 22, 2019
Fernando Mires, politólogo y doctor en ciencias económicas y sociales, escribió en su artículo Venezuela, ¿nuevo comienzo o nuevo final?, que el discurso de Guaidó que encendió la mecha de los cabildos abiertos «no debe ser (solo) atribuido a debilidades oratorias. Más bien correspondió al intento de dejar contentos a todos, lo que en política es usual».
Mires se detiene a describir el liderazgo que representa Guaidó en este momento de crisis porque considera que las características obedecen más al contexto político que a su personalidad.
«Guaidó no es un ‘cisne negro’ ni tampoco un milagro. Guaidó es el líder del momento porque representa a la AN. Sin la AN Guaidó no es nada. Y al parecer así lo entendió el propio Guaidó. El liderazgo de la AN deviene de su breve historia, de su carisma y, sobre todo, de su autoridad. Eso quiere decir: mientras el régimen goza de la autoridad del poder, la AN goza del poder de la autoridad. Por esa misma razón, forzar a Guaidó para que asuma simbólicamente el rol de presidente provisional o interino, significaría en la práctica abandonar a la AN a su suerte y con ello liquidar el liderazgo del propio Guaidó».
El «coco» de un nuevo mesías
El bajo perfil biográfico de Juan Gerardo Guaidó paradójicamente dejó de serlo a escala mundial. Cuando se publicó la entrada con su biografía en el portal colaborativo Wikipedia casi rompe un récord de ediciones y contraediciones: en pocas horas el artículo fue objeto de casi 40 ediciones que lo adjudicaban como «presidente interino de Venezuela» y luego de nuevo aparecía solo como presidente de la Asamblea Nacional.
La guerra de ediciones fue tal que generó la intervención de los llamados «bibliotecarios» de Wikipedia, un reducido grupo de usuarios que cuentan con los mayores permisos de la plataforma.
Precisamente fue su llegada de bajo perfil lo que más ha jugado a su favor: sus discursos son breves y sosegados, en sus palabras no deja de enfocarse en la escasez de comida, en esos hijos que emigraron, en el colapso de los servicios públicos.
«Ya está bueno de mesías que salvan milagrosamente el país. Por estar creyendo en eso, a nada bueno llegamos», sentencia Bárbara Navas, una enfermera jubilada de 63 años que vive en Caricuao y fue al cabildo abierto a escuchar a Guaidó, la tarde del sábado 19 de enero.
«Fui a escuchar, no a aplaudir porque los políticos se vuelven locos porque uno los endiosa. Este es un muchacho serio, así me parece, y por eso vine a escucharlo porque lo que viene no es fácil».
La gente lo escucha pero también lo observa.
Gracias, @jguaido, por no estar disfrazado de profesor de Educación Física.
— Luis Chicott (@luischicott) January 19, 2019
Guaidó no se disfraza de bandera venezolana. Es un avance.
— Sinar Alvarado (@sinaralvarado) January 19, 2019
Guaidó no está solo. La madurez de un sector opositor lo acompaña. Por ejemplo, está bien asesorado, por una parte, y Leopoldo López sigue de cerca sus pasos, apoyándolo.
Lo primero lo conduce un equipo multidisciplinario encargado de evaluar y sugerir mejores prácticas. Un ejemplo el video que grabó el diputado con un mensaje institucional a los militares, y la versión para las mujeres que registró su esposa Fabiana Rosales, tuvo dos versiones.
La que se usó fue grabada en la casa del parlamentario, la otra era en un estudio, con iluminación tricolor y otros encuadres. Se grabaron ambas, se decidió por una.
«Las cosas no son improvisadas, todo se está haciendo como debe hacerse», confirma una fuente cercana a Guaidó en conversación con TalCual.
Por otra parte, la comunicación entre el líder de VP y su principal figura en esta coyuntura es constante. «Hablan siempre», confirma otro informante. Detalla además que las decisiones, de anuncios o actividades, se hace con consenso de todos los sectores. «El Frente Amplio influye, lo que era el G4 está muy activo. Aquí entendimos que las cosas había que hacerlas bien», refiere.